El 'efecto esquina': Por qué Conquista es el pueblo de Córdoba con menos casos de covid

Dos años de pandemia

La localidad de Los Pedroches solo ha registrado 36 contagios y no ha tenido que lamentar ninguna muerte

Vista aérea de la localidad cordobesa de Conquista.
Vista aérea de la localidad cordobesa de Conquista. / El Día

Arrinconado al final de la planicie de Los Pedroches, con Sierra Morena como telón de fondo, el pequeño municipio de Conquista, de solo 372 habitantes, es el que mejor ha sabido resistir los ataques del virus SARS-CoV-2 durante estos dos años de pandemia en el conjunto de la provincia. Desde que el virus surgido previsiblemente en un mercado de animales de la ciudad china de Wuhan empezara a expandirse por todo el mundo y se detectara en Córdoba en marzo de 2020, la localidad vallesana ha anotado únicamente 36 contagios, la cifra más baja de toda la provincia. En ningún otro de los 77 pueblos de Córdoba hay cifras tan reducidas. Y, lo que es mejor, ni una sola muerte asociada al covid.

¿Por qué esta situación de privilegio? “Puede que en los primeros momentos, durante el estado de alarma y el confinamiento, las medidas tan contundentes que se tomaron tuvieran buen resultado. Y luego está el impacto de la vacuna”, razona el alcalde, Francisco Buenestado (PSOE), al hacer balance de estos dos años. El 92,7% de los vecinos tienen la pauta completa de inmunización.

Aunque puede existir otro motivo. A 106 kilómetros y 1 hora y 20 minutos en coche desde Córdoba capital, a Conquista no se llega por casualidad. Hay que ir. El núcleo cercano de mayor población es Pozoblanco, a aproximadamente media hora en coche. Y hasta Puertollano, en Ciudad Real, se tarda 1 hora y cuarto. Este “efecto esquina”, como lo llama el primer edil, también ha podido ayudar a que la localidad se haya convertido prácticamente en un fortín de la resistencia de manera natural, involuntaria. Y también puede haber intervenido “la suerte”, concluye.

Conquista vivió sus peores momentos de la pandemia tras la Navidad del año pasado, durante la tercera ola, cuando llegó a alcanzar 2.185,8 casos por 100.000 habitantes. Corría el 8 de febrero. Hasta entonces, el municipio solo había registrado cuatro contagios, pero las celebraciones de Pascua y la confianza por las primeras vacunas relajaron el ambiente y los positivos se multiplicaron en apenas unas horas. El alcalde llegó a hacer un llamamiento a sus vecinos para que siguieran un “autoconfinamiento voluntario” y apeló a la “máxima responsabilidad individual” para cortar la cadena de contagios.

De manera paralela, el Ayuntamiento procedió al cierre de todas las instalaciones deportivas municipales y parques infantiles y a la cancelación del mercadillo municipal. También prohibió a las asociaciones y colectivos que contaban con algún espacio municipal cedido que lo utilizaran mientras se mantenía el nivel máximo de alerta, y conminó a todas las personas que debían guardar cuarentena a seguir de manera estricta las indicaciones del personal sanitario en los plazos establecidos.

Todo aquello se recuerda ahora como “una pesadilla”: “El principio de la pandemia fue caótico. No sabíamos qué hacer, cómo actuaba el virus, cómo proteger a la población. Tomábamos decisiones y había que modificarlas sobre la marcha”, recuerda el primer edil. “Como alcalde, te responsabilizabas de intentar que no pasara nada, y la incertidumbre era tremenda”, revive Buenestado. Y confiesa que, pese a los momentos extremos, “nunca” se arrepintió del cargo que ocupaba: “Creo que he contribuido a mejorar mi municipio, y ha merecido la pena pese a los momentos tan duros”.

Ahora el pueblo recobra “la normalidad”, aunque “los más mayores sienten todavía algo de miedo, supongo que como en todos sitios”, dice. La gran prueba de fuego será el fin de semana del 19 y 20 de marzo, cuando el municipio celebrará su Feria del Cordero, dedicada a su mayor emblema gastronómico. Antes de que el virus lo cambiara todo, esta cita culinaria reunía a miles de personas en Conquista. En esta ocasión, tras dos años en blanco, se celebrará de “manera diferente, evitando las aglomeraciones que solían producirse en el pabellón”. Se sacrificarán 16 corderos que los cuatro bares del municipio –Andalucía, La Plaza, Los Arcos y Vietnam– servirán a la brasa y en caldereta. Será el esperado momento de los reencuentros y de volver a poner a la localidad en el mapa.

Puente Genil, la mayor letalidad

Junto a Conquista, hay un puñado de pequeños municipios en Córdoba que no han alcanzado el centenar de casos de coronavirus desde que estallara o la pandemia o que, como en su caso, se sitúan muy por debajo de esas cifras. Es el caso de Fuente La Lancha, el pueblo más pequeño de la provincia. Entre sus 337 vecinos solo se han detectado 39 positivos. Siguiendo en la misma comarca de Los Pedroches, El Guijo, con 349 personas censadas, ha anotado 50 infecciones. Ha habido 57 en Valsequillo (346 vecinos) y 80 en La Granjuela (432 habitantes). En el Sur de Córdoba, solo Zuheros (634 vecinos y 77 casos) y Fuente-Tójar (676 y 94 positivos) se sitúan debajo de la barrera del centenar.

Por el contrario, Puente Genil registra la mayor letalidad fuera de la capital, con 62 personas fallecidas a causa del SARS-CoV-2. Solo en nueve municipios no ha habido decesos: Monturque, Zuheros, Valenzuela, Los Blázquez, Conquista, Fuente La Lancha, El Guijo, Valsequillo y Villaralto.

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