Córdoba suma dos nuevos monumentos a la Lista Roja del Patrimonio
Conservación
Se trata de la iglesia de San Agustín de Montilla y el puente califal sobre el río Guadiato de Villaviciosa de Córdoba
Cuatro bienes cordobeses forman parte de la Lista Verde del Patrimonio

Montilla / Villaviciosa de Córdoba/Después de tres años sin novedad, la provincia de Córdoba ha sumado en los últimos meses tres nuevos monumentos en la Lista Roja del Patrimonio, esa clasificación que elabora la asociación Hispania Nostra para dar a conocer los bienes históricos en situación grave de riesgo y que merecen ser conservados. De esta manera, tras la inclusión de la iglesia de San Agustín de Montilla y el puente califal sobre el río Guadiato de Villaviciosa de Córdoba, ya son 16 los enclaves cordobeses que engrosan esta vergonzante nómina.
La inclusión de la iglesia de San Agustín de Montilla se debe al “abandono que presenta el conjunto en general” y a su “mal aspecto interior por el continuo deterioro que sufre”, algo que “deparará, si no se actúa pronto, en una situación irreversible”. Al respecto, hay que destacar que el pasado mes de junio la Comisión Provincial de Patrimonio de la Delegación de Turismo, Cultura y Deporte informó favorablemente acerca del proyecto de restauración de la cubierta y los pavimentos del templo, con la justificación de las patologías que sufre el edificio desde hace 30 años, en los que ha estado en el más profundo olvido.
Sin embargo, esos trabajos que incluían la reparación de cubiertas en la nave principal y la sustitución de la estructura de la capilla de San Nicolás y el pavimento de la nave y del crucero, además de una actuación en los muros exteriores, en los de la iglesia recayentes en el patio norte y en los interiores, aún no han comenzado. Entre otras cosas porque el informe pedía la justificación del cambio de solería y de la nueva estructura de acero de la capilla, así como la realización de una serie de catas para ver si hay pinturas murales que requieran conservarse y un plan de mantenimiento que supuso un parón en la necesaria rehabilitación de la iglesia y el claustro del antiguo convento de San Agustín, que tiene la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Monumento.
Una situación que parece que tocará pronto a su fin. Porque el pasado miércoles, el Pleno aprobó por unanimidad las obras de restauración y consolidación del templo, cuyo expediente tramita el Obispado de la Diócesis de Córdoba ante el Ayuntamiento, según informó este último. Las obras proyectadas sobre un edificio que está recogido en el catálogo de elementos protegidos de Montilla, afectan a la totalidad del edificio, dado que actuarán sobre el pavimento y sus cubiertas, salvo una de las capillas restaurada hace unos años por la Hermandad de Jesús Nazareno, con un presupuesto de ejecución de material, en este caso, de 222.653 euros.
Porque, tal y como recoge el informe de inclusión de Hispania Nostra, su estado de conservación actual es deficiente. El interior presenta “humedades y desprendimientos en los muros y en las yeserías” y los retablos están “en muy mal estado”, con presencia de faltas, suciedad, excrementos de aves y falta de estabilidad. Además, la cúpula del presbiterio presenta “múltiples y destacables grietas”, mientras que la capilla de la Soledad está “prácticamente perdida”. Del mismo modo, recoge que las cubiertas siguen con filtraciones y humedades pese a las intervenciones de urgencia realizadas en los últimos años. Sólo la capilla de Jesús Nazareno está “en excelente estado”, tras una restauración por la propia hermandad.
El convento de San Agustín tiene sus orígenes en una antigua ermita del siglo XV, reconstruida por Alonso Sánchez el Recio de León y cedida a la Orden en 1519, con importantes obras realizadas en los siglos posteriores para su ampliación, tales como la capilla de Jesús Nazareno y el claustro actual. Ya en siglo XIX, tras la exclaustración de los agustinos, el templo se convirtió en hospital y, posteriormente, en residencia de ancianos.
La iglesia, de planta de cruz latina, posee una sola nave cubierta con bóvedas vaídas dividida en tres tramos y coro alto a los pies. El presbiterio, de dos tramos y profundo, se cierra con una bóveda de cañón con una decoración de motivos vegetales pintados al oro. Consta de tres capillas exentas, entre ellas la de Jesús Nazareno, también de cruz latina y que tiene en su interior tres retablos, el principal en el altar mayor de Cristóbal de Guadix y los otros dos a ambos lados del crucero. En la nave igualmente hay numerosos retablos, destacando el mayor de Lope de Medina Chirinos, de estilo manierista.
En el exterior, el templo se caracteriza por la limpieza de sus volúmenes. La portada principal, que se abre a los pies entre contrafuertes, ofrece una sencilla composición, flanqueada por columnas estriadas sobre pedestales. Sobre el entablamento, en un frontón partido, se aloja un azulejo moderno con la imagen de Jesús Nazareno.
Un puente califal del arquitectura singular
El puente califal sobre el río Guadiato de Villaviciosa de Córdoba es una obra arquitectónica singular, hasta el punto de que podría tratarse de uno de los de mayor tamaño de Al-Ándalus y es el segundo más largo de la provincia de Córdoba, según el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH). De esta manera, “tanto por el tamaño, la magnitud y la importancia histórica de los personajes que han cruzado su tablero, no se debe consentir que su estado de ruina avance”, señala Hispania Nostra como motivos de su inclusión en esta Lista Roja, destacando como factor clave en este deterioro el caudal del río como consecuencia de los desembalses de la presa de Puente Nuevo como en los periodos de lluvias.
El colectivo recuerda que el derrumbe de una parte de la infraestructura a comienzos del siglo pasado (1916) por culpa de un temporal lo dejó ya “intransitable para siempre”, más aún cuando con el paso del tiempo se vino abajo otro arco. Actualmente, la ausencia de labores de conservación de un puente que tiene el sello de Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento ha provocado el deterioro paulatino de los sillares por la erosión provocada por la corriente del río.
El puente califal es una construcción que se sitúa entre el periodo emiral y califal, es decir, entre los siglos IX y X, formando parte a partir de ahí de la ruta más directa que unía Córdoba con Badajoz. Luego, y hasta finales del siglo XIX, fue usado como parte del camino entre la capital y Villaviciosa de Córdoba, aunque la mejora de las vías de comunicación lo fue dejando en un estado de abandono que ha conducido a la actual situación de ruina.
Según diversos estudios, esta infraestructura pudo estar formado por nueve ojos semicirculares, siendo el central escarzano, dos de medio punto y los tres de los extremos de herradura. Es una construcción de sillería que alterna, tanto en las pielas como en las juntas una pieza dispuesta en forma de soga con un par de sillares que atizonan, según la información que aporta Hispania Nostra en su documento.
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