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El colegio Poeta Molleja de Villa del Río quiere ser espacio cardioprotegido

  • El AMPA del centro educativo inicia una campaña para recaudar fondos y adquirir un desfibrilador 

Algunas de las pulseras que ya se han vendido

Algunas de las pulseras que ya se han vendido / El Día

Cuando se trata de proteger a los hijos y a la población más vulnerable, cualquier medida es poca. Esto es lo que han pensado las familias de la Asociación de Madres y Padres (AMPA) Guadalquivir, del Colegio Poeta Molleja de Villa del Río, que se han unido para que el centro escolar sea un espacio cardioprotegido. ¿Qué significa esto? Que el colegio cuente con un desfibrilador para poder asistir a una persona en los primeros minutos de una parada cardiaca, algo fundamental para salvar vidas. Y para hacer frente al coste que supone su adquisición, se han propuesto el reto de vender 800 pulseras.

El desfibrilador es capaz de ejercer una corriente continua al corazón en los casos de parada cardiorespiratoria. Así, se puede actuar de forma inmediata. Ante una parada cardiaca, los primeros minutos son esenciales para evitar la muerte, de ahí la necesidad de contar con este dispositivo, que ya está más presente en edificios públicos o de gran afluencia como pabellones deportivos, pero que no es todavía habitual en los centros educativos.
Una de las impulsoras y miembro del AMPA es Ana Mantas, quien explica que "este es un colegio muy grande, con muchos niños y, aunque no es habitual que haya paradas cardiacas en estas edades, nunca se sabe". La instalación del desfirilador y la formación para diez profesores tiene un coste de 2.400 euros, que los padres de este cole van a sufragar a través de la venta de 800 pulseras con un precio de tres euros.
"Ya hemos vendido 650", asegura Mantas, quien pide ayuda para este último empujón. 

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