Subbética

Desescalada Córdoba: Regreso al barrio de la Villa de Priego, joya de la arquitectura popular

La plaza de San Antonio, en el barrio de la Villa de Priego de Córdoba.

La plaza de San Antonio, en el barrio de la Villa de Priego de Córdoba. / L. Serrano

Cuando la primavera llega puntual cada año tras meses de frío, lluvia y mal tiempo, hay un barrio en Priego de Córdoba que luce de una manera especial. Sus calles, adornadas de macetas por doquier, empiezan a renacer cada vez de marzo para llenar de color y de olor las estrechas y recoletas calles del barrio de la Villa, de manera que en mayo se muestran en todo su esplendor. Y este año, a pesar de la pandemia del covid-19, no ha sido menos.

La naturaleza no entiende de virus ni de confinamientos y, a día de hoy, este emblemático barrio prieguense vuelve a convertirse en un festival para los sentidos. Perderse en sus calles es hoy más fácil que nunca, ya que no escuchamos a los turistas que en esta época ya pasearían por cada uno de sus rincones. El silencio invade este laberinto de calles a la espera de que  los visitantes puedan volver a admirar esta joya al borde de los Adarves. Parece así que ha recuperado su vida de antes, cuando este emblema de la arquitectura popular andaluza era casi un secreto para los propios moradores.

Sin embargo,  hay algo que no  ha cambiado en estos días y es el cuidado y esmero con el que los vecinos cuidan las macetas y adornos que son la esencia de este entramado de pequeñas callejuelas. Como hacen desde siempre, limpian sus calles, adecentan sus macetas y preparan sus fachadas para que esta época de cuarentena no sea visible desde fuera. Para que todo siga igual, como si de una primavera más se tratase, porque eso es lo mejor de los monumentos, enclaves y lugares, que pase lo que pase continuarán esperando pacientes unos ojos que los miren, el jaleo de las gentes y el regreso de la vida tal y como la conocíamos.

Callejón del barrio de la Villa de Priego de Córdoba. Callejón del barrio de la Villa de Priego de Córdoba.

Callejón del barrio de la Villa de Priego de Córdoba. / L. Serrano

Así ha ocurrido con el barrio de la Villa, que a pesar de que este año se encuentre huérfano de visitantes extranjeros no son pocos los prieguenses que en estos primeros días de libertad, aunque con horarios restringidos, han elegido este barrio, el Adarve, el paseo de Colombia, la plaza del Llano y otros enclaves de la localidad para disfrutar de sus primeros paseos tras semanas de encierro.

Volver a disfrutar de las vistas y las belleza del casco histórico de Priego es uno de los placeres que ofrece esta situación tan excepcional que ahora se vive. Reencontrarnos con aquello que creíamos conocido nos hace admirarlo de una manera más intensa, como si lo descubriéramos por primera vez. Y es algo que ocurre con el barrio de la Villa y sus paredes puras y encaladas, sus tiestos impolutos, sus geranios recién regados.

Otro rincón de la Villa. Otro rincón de la Villa.

Otro rincón de la Villa. / L. Serrano

Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1972, como su nombre descubre, es el núcleo urbano originario del Priego actual. De inspiración claramente medieval y musulmana, es hermano de los barrios andaluces más típicos, como el Albaicín granadino o la Judería de Córdoba. Sus calles son sinuosas, blancas y estrechas, formando una perfecta conjunción de armonía y belleza, de flores, de paz y sosiego, de cal y piedra.

Aunque el caminante debe perderse en sus laberintos y estrecheces, desde la Oficina de Turismo proponen un recorrido que parte de la plaza de Santa Ana y recorre la calle Real hasta llegar a la placita de San Antonio, bella y recoleta. Se puede continuar por Jazmines y salir por el Bajondillo hasta el Adarve, balcón abierto al paisaje andaluz que abraza y circunda la Villa. Tajo natural de considerable desnivel, ha garantizado la inexpugnabilidad de Priego a lo largo de su historia. Tres fuentes emanan continuamente, dispuestas a saciar la sed del caminante. Y allá abajo, el río y sus fértiles huertas, la sierra, los olivares y muchos motivos para otros paseos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios