La asociación profesional española de la producción ecológica, Ecovalia, ha presentado en la Almazara Santa Lucía de Baena, los XXIII Premios Internacionales Núñez de Prado, en un año en el que van a contar con diferentes novedades y que van a servir de homenaje al fallecido Francisco Núñez de Prado.

Estos premios nacieron con el fin de reconocer la labor de personas, empresas y entidades públicas o privadas que trabajen en temas relacionados con la producción ecológica. Como novedades de esta edición están las categorías de empresa del año y medios de comunicación. El plazo de recepción de candidaturas estará abierto hasta el viernes 5 de noviembre.

El secretario general de Ecovalia, Diego Granado, ha señalado que este año 2021 “es un año especial para Ecovalia por su 30 aniversario y para la familia Núñez de Prado tras el fallecimiento de Francisco Núñez de Prado”, y ha explicado que por ello, “estos galardones no solo van a ser un reconocimiento a Andrés, como venía siendo habitual, sino que también van a ser a partir de ahora, un homenaje a su hermano Francisco”.

Granado ha detallado que “los premios arrancaron siguiendo la semblanza de Andrés como una de las personas que más ha sabido de olivar ecológico y ha aplicado la ciencia a la producción ecológica, y han continuado su desarrollo profesional con Francisco, convirtiéndose en referente del olivo ecológico a nivel mundial”.

Por todo ello, a partir de ahora, los Premios Internacionales en la categoría de Investigación, llevarán el nombre de Andrés, y en la categoría de Defensa, el de Francisco, con el objetivo de homenajearlo, poner en valor y agradecer todo lo que ha hecho por el sector y por poner el nombre del aceite de oliva ecológico en todo el mundo”.

Por su parte, el presidente del jurado, Francisco Casero, ha apuntado que “el sector de la producción ecológica ha sentido mucho la pérdida de Francisco Núñez de Prado, ya que ha contribuido a que Andalucía sea el referente más importante”, de ahí que lo hayan incorporado “a este gran evento”.

Por último, Felipe Núñez de Prado, portavoz de la familia, ha precisado que Francisco y Andrés “eran un tándem perfecto y hay que recordarlos anualmente con estos premios”. De Andrés ha dicho que “comenzó en una época muy dura cuando nadie conocía la agricultura ecológica”, mientras que “Francisco era un gran vendedor que sabía que el mercado era global y había que salir fuera de nuestras fronteras”.

Los trabajos participantes en esta XXIII edición deben considerar la producción ecológica como un sistema económicamente viable y socialmente justo, cuyo objetivo fundamental sea la producción de alimentos de calidad que se consigan trabajando de forma respetuosa con el medio ambiente. Una edición más, se priorizarán aquellos proyectos que hayan estudiado la producción ecológica y el cambio climático, en relación con su mitigación y/o adaptación.