La curva de la demanda del aceite de oliva está en período de horizontalizarse. Después de una fuerte caída, experimentada por los altos precios que ha alcanzado este año el oro líquido, "nos hemos dado cuenta de que la disminución del consumo cada vez es menor", ha afirmado este jueves en Córdoba el director técnico de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), José María Penco, durante la presentación de los resultados del Informe actualizado de precios y costes de producción del Aceite de Oliva en España.

"Con precios de 8,50 y de 9 euros/litro, la demanda bajó, pero seguía siendo de unas 80.000 o 90.000 toneladas mensuales en España, teniendo en cuenta que lo normal que se distribuyen son unas 120.000", ha detallado Penco. Es por ello que ha asegurado que "el consumidor nos está dando una lección magistral; valora el producto más de lo que nos creemos".

El director técnico ha comentado que, como cabría esperar, las familias con rentas más bajas fueron las primeras que renunciaron al aceite de oliva ante la escalada de precios, fruto de los costes de producción y una cosecha mermada a la mitad en 2022 por la sequía. Sin embargo, ante ese aumento de precios, llegando incluso a los 10 euros el litro, la curva de la demanda proyectada en el estudio elaborado por AEMO no correspondía con un descenso proporcionalmente esperado, sino que se estancaba.

Lo que está por ver es cómo seguirá evolucionando el precio del aceite de oliva y como reaccionará la demanda, tras una campaña que se prevé idéntica a la anterior, con una producción entorno a las 750.000 toneladas en España, la mitad de lo que se produciría en un año normal. "Desgraciadamente creemos que seguiremos viendo estos altos precios", ha vaticinado el director de AEMO, añadiendo que la escasez de producción no va a afectar solamente a España, sino también a la cuenca mediterránea, que prevé una cosecha medio-baja esta campaña.

Por tanto, "la disponibilidad final de aceite de oliva en el mundo no va a pasar de 2,5 millones de toneladas, cuando el consumo normal es de 3 millones. Va a faltar aceite y, desgraciadamente, la única herramienta para que enlacemos con la siguiente campaña, que ya veremos como viene, es reducir las salidas mensuales, y eso se consigue elevando precios", ha concluido Penco.

Calidad y producción ecológica para salvar el olivar

El estudio presentado extrae también el porcentaje de superficie que cubre cada sistema de cultivo en España y se puede comparar con los datos del mismo informe, presentados en 2010 y 2020. Así, el olivar tradicional de montaña supone un 18% del total (acumulando una pérdida del 6% desde 2010); el olivar tradicional en baja pendiente alcanza un 49%; el olivar intensivo aglutina un 27%, y el olivar en seto, que apenas existía en a principios de siglo, suma ya un 6% de toda la superficie, y además genera el 11% de toda la producción. 

En este sentido, Penco ha entrado a valorar el futuro de los sistemas de cultivo tradicionales de la provincia, frecuentes sobre todo en la zona de la DOP de Priego de Córdoba y la DOP de Baena. "El olivar tradicional de montaña siempre hemos dicho que es el más frágil. Su forma de mantenerse es a través de una alta calidad y una producción ecológica que le dé unos valores diferenciales que hagan que se venda más caro y que puedan sufragar esos costes superiores de producción, que los va a tener siempre porque es imposible la mecanización", ha dicho, insistiendo en que esa es la única fórmula de salvar el olivar de sierra. 

Por otra parte, ha destacado que "los olivares tradicionales de baja pendiente, antes o después, tendrán que hacer sistemas de alta densidad como el olivar en seto o el intensivo". "Esa reconversión, si tenemos en cuenta que hay sistemas más eficientes, o se renuevan o probablemente lo pasen mal", ha sentenciado.