La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Córdoba ha asegurado este jueves que se presenta "la segunda peor cosecha de aceite de oliva del siglo", con una reducción que alcanzará las 143.000 toneladas y "pérdidas millonarias". El secretario general de la asociación agraria, Miguel Cobos, ha asegurado que el consumidor está pagando precios altos por el aceite de oliva porque "no tenemos aceituna".

Sin embargo, a pesar del alto coste en el lineal de compra, el agricultor "sigue en la ruina, pues los costes de producción han subido un 150%, lo que también repercute en el aumento del precio", ha remachado. En su opinión, la producción está condicionada por el cambio climático y por la disponibilidad de agua, a la vez que ha señalado que "esta reducción de cosecha es un golpe de realidad para el olivar tradicional de secano".

Para Miguel Cobos, "es necesaria una profunda reflexión sobre un Plan Hidrológico del Guadalquivir que sea justo para el olivar tradicional, que resarza los sucesivos incumplimientos e injusticias que, plan tras plan, se han cometido contra los agricultores y cultivos de Córdoba".

Además, "pedimos a la Junta de Andalucía y al Gobierno central ayudas para el olivar tradicional de secano que es uno de los pocos sectores que han quedado sin ayudas por la sequía y las consecuencias de la guerra en Ucrania", ha reclamado.

Cobos ha señalado que, a pesar de las lluvias de los últimos días y de que "podamos continuar con un otoño lluvioso, el mejor de los escenarios sigue arrojando un panorama complicado para la presente campaña". Ello es porque la aceituna, "en su última etapa de maduración, tiene ya unos daños y una pérdida de rendimiento graso, que difícilmente pueda solucionarse con las recientes precipitaciones".

Sin embargo, según el dirigente, "partimos de tal grado de sequía, que el campo necesita mucha agua para alcanzar unos niveles normales de almacenamiento hídrico".

Desde UPA Córdoba prevén unas pérdidas económicas en el sector olivarero, relacionadas con la menor producción y la pérdida de rentabilidad de las explotaciones debido al pronunciado incremento de los insumos.

A esto se añade "una considerable reducción de los jornales que serán necesarios para completar la campaña de recogida, lo que llevará aparejado un importante descenso en el empleo agrario", por lo que Cobos ha instado a las administraciones a que adopten medidas para paliar esta situación.