Alto Guadalquivir

Montoro procesiona a la Virgen de la Fuensanta para pedir que llueva

  • Tras la bajada de ocho kilómetros, el recorrido por las calles de la ciudad se ha realizado por un itinerario distinto al habitual

La Virgen de la Fuensanta sube el Camino Nuevo para la iniciar el recorrido procesional.

La Virgen de la Fuensanta sube el Camino Nuevo para la iniciar el recorrido procesional. / Tomás Coronado

“Danos un poco de agua que nos morimos de sed”. Es parte de la oración cantada que cada último domingo de abril se le recita a la Virgen de la Fuensanta, copatrona de Montoro, y que este sábado ha “bajado” hasta su pueblo desde su casa en el Valle del Corcomé en procesión extraordinaria en rogativas “pidiendo por las lluvias y el final de la sequía”.

Varias han sido las “bajadas” en rogativa por la sequía desde que hay constancia documental de la existencia del templo en el Valle del Corcomé, en 1574. Centenares de personas ha acompañado la sagrada imagen para que la llegada de las ansiadas precipitaciones se produzcan por fin, en un recorrido por diferentes calles de la ciudad algo diferente, pasando por algunas de ellas por primera vez en su historia. Hasta ahora, con la llegada al barrio del Retamar la Virgen iba directamente a la parroquia de San Bartolomé después de recorrer los ocho kilómetros que la separan de Montoro en un remolque acondicionado para el acomodo de las parihuelas con las que es procesionada la sagrada imagen.

Según Manuel Isasa, presidente de la hermandad, “la idea partió de la nuestra cofradía con el respaldo de nuestro consiliario, Tomás Palomares”. Asimismo, anunció que la Virgen “estará cerca de dos meses en la Parroquia de San Bartolomé para que pueda ser visitada por todos los montoreños”.

La Fuensanta por pasa por primera vez en su historia por la iglesia auxiliar de San Sebastián.. La Fuensanta por pasa por primera vez en su historia por la iglesia auxiliar de San Sebastián..

La Fuensanta por pasa por primera vez en su historia por la iglesia auxiliar de San Sebastián.. / Tomás Coronado

Para Pedro José Delgado Guerrero, graduado en Historia del Arte y master en Gestión del Patrimonio desde el Municipio y director del Blog Pasión por Montoro, “la Romería de las Veleras está unida íntimamente al agua, a la lluvia como fecundadora de los campos y propiciadora de una buena cosecha. No es una fiesta de primavera como aparentemente puede parecer. La celebración de la romería no puede ser confundida con las fiestas de primavera que estudian los antropólogos y que se celebran para pedir a la divinidad una buena cosecha".

Y añade que la celebración de la romería el último domingo de abril "es una decisión impuesta por la cofradía a principios del siglo XX, pero en toda la documentación escrita que se conserva desde el siglo XVI que hace alusión a la existencia de esta romería, su celebración coincide con la Fiesta de la Natividad de la Virgen el día 8 de septiembre, coincidiendo en nuestro medio con el momento de mayor sequía de nuestros campos y el motivo principal de su existencia es la petición a la Virgen que la lluvia llegue lo antes posible en otoño, pues es a primeros de septiembre cuando en un buen año agrícola suelen caer las primeras aguas".

Para Delgado Guerrero, esta afirmación "la atestiguan la tradición de procesionar la imagen de la Virgen en época de sequía, las canciones que se cantan en el día de la fiesta como la que dice danos un poco de agua que nos morimos de sed, que no es una canción de primavera, etapa del año agrícola en que los campos están normalmente bien regados”.

Aunque la Virgen de la Fuensanta, por su advocación, está más ligada al agua, otras imágenes sagradas montoreñas también han realizado procesiones extraordinarias por la sequía, como la efectuada en la tarde-noche del 16 de mayo de 1824 por Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora del Rosario, patrona de Montoro, tras la cual, y según relatan los documentos, “llovió durante días en nuestra ciudad”.

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