La localidad de Villaviciosa de Córdoba, de 3.229 habitantes y durante meses motivo de orgullo por ser la de mayor población de la provincia en resistir libre de covid-19, se ha dado este miércoles, 7 de octubre, un duro golpe contra el muro de la nueva normalidad. La alcaldesa, Gema Elena González (PSOE), ha confirmado a el Día el primer fallecimiento de una vecina a causa del SARS-Cov-2, mientras la cadena de contagios no para de crecer y son ya 33 las infecciones conocidas por el Ayuntamiento. González ha expresado su "preocupación por una posible transmisión comunitaria" y ha aconsejado el confinamiento voluntario.

"Esto nos hace ver la realidad, estábamos demasiado tranquilos", ha lamentado la primera edil intentado poner buena cara al mal tiempo. González ha enviado las condolencias a los familiares de la primera víctima mortal, una mujer de avanzada edad y con patologías previas que ingresó en el hospital y a la que le fue diagnosticado covid-19. "Es un día muy triste, nos intentamos reponer", ha expresado.

Villaviciosa de Córdoba había resistido durante meses libre de coronavirus. Superó la primera ola y el verano, pero la relajación de las normas durante demasiado tiempo terminó abriendo las grietas por las que el virus, finalmente, se coló. Así, a raíz de un caso importado, una reunión de varias mujeres pudo convertirse en el principal vector de transmisión, y el virus ha viajado de manera soterrada de casa en casa, de mesa en mesa, hasta dar la cara. 

"El problema es que los pueblos tan pequeños son muy sociales, hay mucho contacto cercano y el contagio se ha producido en las casas, sin la necesidad de una gran fiesta", ha explicado la alcaldesa corchúa. Este mismo miércoles, los niños de una clase aislada en el colegio se han sometido a la prueba PCR, aunque aún no se conocen los resultados.

Con carácter preventivo, el Ayuntamiento ha decidido el cierre de parques infantiles y del bar del hogar del pensionista, mientras ha suspendido todas las actividades grupales en las que colaboraba. El municipio de Sierra Morena mantiene de hecho una vida al mínimo. Los clubes federados y las asociaciones han suspendido su actividad y los comercios y bares han acortado horarios para animar el confinamiento voluntario en un otoño incierto.