Rute profundiza en sus orígenes con prospecciones en un centenar de yacimientos arqueológicos
Subbética
El Grupo Andaluz de Investigaciones Arqueológicas, liderado por el ruteño Luis Jiménez, sondea el subsuelo de más de medio centenar de parcelas en el término municipal de la localidad
El Ayuntamiento ya esboza la realización de una exposición, jornadas divulgativas, la edición de un libro y la modificación del PGOU

Unas 9.000 hectáreas de deslumbrante cronología y conocimiento impredecible estiran la historia de Rute desde la Prehistoria hasta la Edad Moderna. A partir de diciembre del 2020, este municipio de la Subbética cordobesa, remontado a épocas como el Paleolítico y el Neolítico, ha empezado a descubrirse a través de unas prospecciones arqueológicas capitaneadas por Luis Jiménez Cobos, un joven autóctono de esta población, entusiasta, comprometido y riguroso investigador.
El río La Hoz y El Pamplinar, la aldea de Zambra, Las Piedras y el sector delimitado entre Rute hasta su confín con Encinas Reales, ordenan un trabajo de campo que comporta el principio del regreso al origen de Cisimbrium, un municipio romano identificado y asentado en el actual emplazamiento de la ruta predilecta del anís y los mantecados, en alusión al relato del escritor, aventurero y militar romano del siglo I, Plinio El Viejo.
El primer municipio turístico de Andalucía, enclavado en la provincia de Córdoba, ha difundido sus virtudes y peculiaridades a los más de 100.000 visitantes que, cada año, recorren sus olores y sabores en el ocaso del calendario. En un retorno incluso a las centurias antes de Cristo, las exploraciones científicas ahondan en unas raíces culturales que engrandecen el presente y equilibran y reafirman las lejanas crónicas patrimoniales y etnográficas.
Graduado en Historia y máster en Gestión del Patrimonio y Arqueología, Luis Jiménez Cobos, a sus 26 años, doctorando en Geografía, Historia y Historia del Arte, comanda esta búsqueda estricta en el subsuelo de Rute a través de sondeos en más de medio centenar de parcelaciones. Este proyecto, financiado con una aportación de 10.000 euros aprobada por la Diputación de Córdoba, prosigue por sus últimas etapas, en un itinerario de transición entre Zambra y Las Piedras. Las tareas tangibles precisan de unos 10 o 15 días más y la planificación completa expirará en unos dos o tres meses.
Un equipo multidisciplinar base, de seis arqueólogos que se complementan y enriquecen entre sí con diversas especialidades, y al que se añaden, puntualmente, otros componentes, ya ha detectado unos 90 yacimientos y aspira a doblar el medio centenar de depósitos con restos arqueológicos registrados en anteriores y discontinuas campañas.
Los restos de la época íbera "destacan" sobre otros períodos
“El desconocimiento que existe sobre Rute”, y que contrasta con los profusos e interesantes datos de poblaciones cercanas, animó definitivamente a Luis Jiménez a embarcarse en este desafío y trasladar sus inquietudes al Ayuntamiento que acogió con satisfacción y curiosidad esta ambiciosa iniciativa.
La independencia, el ímpetu y la osadía caracterizan al Grupo Andaluz de Investigaciones Arqueológicas con Luis Jiménez al frente, quien admite que los vestigios y los rastros del ciclo íbero “destacan” sobre las huellas de otros períodos.
Mientras continúa la recopilación de información por el área conocida como Rute Viejo, nomenclatura ya empleada en el siglo XV, Luis Jiménez, siempre posado en la cautela y la exactitud, habla de “resultados a priori espectaculares”, aunque, puntualiza, que “queda analizarlos y sacar el mayor número de conclusiones”.
En un resumen general prepondera el grato estado de conservación de los lugares inspeccionados. Esta visión panorámica convive con otros terrenos, esencialmente rurales, que “han sufrido mucho”. La protección de estos entornos, como consecuencia ulterior a su clasificación, frente a la “presión urbanística” y a las usuales faenas agrícolas constituye otro objetivo capital perseguido con este pormenorizado estudio.
Una carta arqueológica clasificará y detallará los yacimientos
El procesamiento del material, autorizado con la pertinente habilitación, sucede a la obtención de restos extraídos. Para Luis Jiménez, porque ya comienza a idear actividades “para el año que viene”, estos nueve meses suponen el inicio de un apasionante estudio que ha de desgranar y destapar la evolución de su propio pueblo.
La elaboración de una carta arqueológica al objeto de enumerar y clasificar los yacimientos, y como “herramienta muy útil para la administración”, sobresale entre sus finalidades toda vez que facilitaría, de manera crucial, la divulgación y la interpretación.
El Ayuntamiento ya vislumbra la adecuación de un museo con los resultados y aportaciones de esta campaña después de la celebración de unas jornadas didácticas, una exposición y la publicación de un libro monográfico.
“Es uno de los focos donde se puede poner el trabajo y el esfuerzo”, argumenta el alcalde, Antonio Ruiz, al conectar este procedimiento con “el desarrollo sostenible y la Agenda 2030” porque se trata de “proteger y promover el patrimonio histórico y cultural”.
En el último tramo de los trabajos, el regidor socialista destacaba que “este patrimonio que tenemos es muy importante” y garantiza que se estudiarán vías de obtención de recursos “para ir actuando en los yacimientos más importantes”.
Las consejerías de Medio Ambiente y Cultura habrán de pronunciarse sobre futuras intervenciones y también resultan indispensables ciertos acuerdos y permisos con propietarios de parcelas privadas. El Consistorio ya prepara una adaptación del Plan General de Ordenación Urbana que redunde en el reconocimiento y conservación de los yacimientos arqueológicos.
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