Roma toma la Subbética

El festival Festum atrae a 7.000 personas con un amplio programa que incluye banquetes al estilo romano o la recreación de una calle de la época

Una de las muchas representaciones.
Ángel Robles

almedinilla, 16 de agosto 2015 - 05:01

Ocio, cultura e Historia, en mayúscula, conviven este fin de semana en Almedinilla con motivo de la celebración de la VIII edición de Festum, un festival con el que este pequeño municipio de la Subbética rememora con orgullo su pasado íbero y romano. Porque, si de algo presume la localidad aparte de su excelente aceite y de su ubicación -en uno de los recodos más verdes de la Subbética-, es de Historia, como reivindicaba ayer su concejal de Cultura, Francisco Vicente Jurado (PSOE).

La villa romana de El Ruedo y el poblado íbero de El Cerro de la Cruz son los dos yacimientos que sirven como eje de una programación compuesta por medio centenar de actividades y que este fin de semana vive sus momentos más populares, con banquetes romanos, multitud de talleres, visitas guiadas y la representación de un cardo romano y su bullicio de tiendas y mercancías. Alrededor de 300 personas, entre organización, comerciantes y actores, participan en unas actividades por las que pasan alrededor de 7.000 personas. Una multitud, si se tiene en cuenta que en Almedinilla son apenas 2.500 vecinos.

"Este año ha venido público de Brasil, Francia, Reino Unido, Alemania y de muchos puntos de España y Andalucía, atraídos por la forma en que reinterpretamos el patrimonio local, de manera lúdica y, al mismo tiempo, con veracidad histórica. Poco a poco, estamos situándonos en el mapa", destaca el concejal. Entre las actividades más singulares organizadas este año, se encuentra la reconstrucción de un horno íbero, para el que se han empleado 80 toneladas de barro y paja.

Tocó abrirlo el viernes y, para sorpresa de los asistentes, ahí estaba el resultado: ánforas y vasijas tal y como se habrían preparado hace varios milenios. "Ha sido una experiencia única en España", destaca Jurado. La experiencia se repetirá cada año coincidiendo con Festum, aunque la idea de la organización es darle un uso más amplio dependiendo de la demanda, aunque hay que tener en cuenta que para ponerlo en marcha hace falta un camión de leña y que la subida hasta el recinto es de cuatro kilómetros.

En el casco urbano, las actividades se suceden durante todo el fin de semana. El viernes se inauguró el cardo romano en pleno centro, en la que decenas de comerciantes participan en la recreación de una calle comercial de la época romana. Las vestimentas y los puestos podrían ser similares a las que visitaban los habitantes de El Ruedo. Los visitantes también tienen la posibilidad de acudir a una taberna si, claro está, los soldados de la Legio I Vernacula de Gilena (Sevilla), que este año acuden como invitados, les dejan una mesa. Aunque los legionarios de la época actual también están interesados por la cultura y durante el fin de semana han actuado como guías en el yacimiento del Cerro de la Cruz, donde profundizaron en las técnicas ofensivas y defensivas de la época.

Festum también supone un reclamo para los aficionados a la gastronomía. En los banquetes romanos, que se celebran en el coso taurino -el "coliseo" de Almedinilla-, participan alrededor de 70 actores. Ayer asistieron alrededor de 300 comensales: "La puesta en escena, interpretada por el grupo Somnus y dirigida por José Manuel Córdoba, es impresionante", destaca el concejal.

En esta octava edición, el festival se ha centrado en la figura de Viriato, bajo el lema Primus inter pares. Las guerras lusitanas y la consolidación de la conquista romana. El certamen arrancó el domingo 9 con la entrega de premios a los cortos presentados a concurso y su visionado en la Casa de la Cultura, tras lo cual tuvo lugar una performance del artista Javier Flores bajo el título Derramar la noche, dentro del programa del IX Vuelo de Hypnos, informó la organización. Ya el lunes, empezaron las visitas guiadas. Ya el jueves, tuvo lugar uno de los momentos más esperados: el convivium o recreación histórica de una cena romana. Un anfitrión -dominus o señor de la casa-, acompañado de un músico de la época, invitó a degustar una serie de platos elaborados según el recetario del siglo I de Marcus Gavius Apicius.

La actividad más popular empezó a mediodía del viernes con la apertura del cardo romano y la representación de los quehaceres cotidianos de la época. Hasta hoy, se puede deambular entre puestos de venta de cerámica ibérica, bronces romanos, una taberna o una panadería o visitar el campamento de legionarios. La exhibición de los oficios íberos -panadería, alfarería, tejidos, herrería, cocina y alimentos- corre a cargo del Grupo de Recreación Histórica Ositanos, de Alcañiz (Teruel).

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