Memoria Histórica

Ricardo Escobar Córdoba, el deportado que nadie conocía en Espejo

Luis Pérez Escobar, María Teresa Pérez Escobar y Julia Martínez.

Luis Pérez Escobar, María Teresa Pérez Escobar y Julia Martínez. / Rafa Alcaide / Efe

La memoria de Ricardo Escobar Córdoba era, hasta junio pasado, un conjunto de registros en el Arolsen Archives, que atesora en Alemania millones de documentos sobre las víctimas del nazismo. Ahora ha pasado a ser el deportado número 11 de Espejo, un pueblo de la campiña cordobesa de 3.245 habitantes. También es el tío abuelo de María Teresa y Luis Pérez Escobar, que no tenían constancia de que hubiese existido.

Una conjunción de esfuerzos y circunstancias han permitido recuperar los pasos de Ricardo Escobar, que permaneció en el campo de concentración nazi de Neuengamme (Alemania) desde el 24 de mayo de 1944 hasta su liberación por las tropas británicas el 15 de abril de 1945. Ricardo llegó al campo de concentración, situado "en una idílica llanura moteada de granjas" junto al Elba, una veintena de kilómetros al sureste de Hamburgo, en un tren con más de 2.000 personas, "apretujados en unos veinte vagones de ganado", ha relatado a EFE Antonio Muñoz Sánchez, investigador de la Universidad de Lisboa, la persona empeñada en recuperar la memoria de los españoles internados en Neuengamme.

En él fueron transportados unos doscientos españoles desde el campo de prisioneros de Compiegne, en Francia. Posteriomente pasó al Hotel Lutetia, en París, donde, entre abril y agosto de 1945, los deportados que sobrevivieron a los campos de exterminio fueron atendidos por el Gobierno del general De Gaulle.

Sin noticias de Ricardo

Luis y María Teresa Pérez Escobar solo tenían conocimiento de la existencia de dos hermanos de su madre, Emiliano y Rafael. "Yo, de Ricardo, no sabía nada", ha comentado Luis a EFE. "En mi casa, mi familia era reticente a que se hablase de política", afirma antes de recordar el consejo de su padre: "Niño, nunca te metas en política". Para el presidente del Foro por la Memoria Histórica y Democrática de Espejo, José Luis Santos, probablemente también tuviese que ver que su madre hubiese perdido un hermano fusilado durante la Guerra Civil. "Era un tema tabú", enfatiza María Teresa, que evoca para EFE el sentimiento de alegría que percibió al enterarse de la existencia de Ricardo, pero "también, cuando me dijeron que había estado en los campos de concentración, de tristeza de ver lo que había padecido", añade.

Quien sí llegó a conocer a Ricardo es Julia Martínez. Durante ocho años acudió a la vendimia a Francia. "En Thézan-lès-Béziers (un pequeño pueblo de la región francesa de Occitania) había un señor en una plazoleta -relata a EFE-. Nada más verlo para mí que era un clon del padre de Gerardo, de Emiliano", un conocido de Espejo. Entabló conversación con él y se dijeron que eran de este pueblo de Córdoba. Julia mantiene que lo que vio como "un hombre cabizbajo, de haber sufrido muchísimo, triste, ausente, parco en palabras".

Cuando volvió a la explotación agraria donde se alojaba y le contó el encuentro a su padre, "como si hubiese descubierto América", se dio cuenta de que la presencia de Ricardo formaba parte del halo de silencio. Su padre sabía que estaba allí y no había contado nada. La responsable de la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba, Cristina García, que prepara la colocación de las piedras de la memoria de Ricardo y de los otros diez deportados espejeños a campos de exterminio nazi, ha contribuido a reconstruir su historia familiar y su vida en el exilio, en cooperación con Antonio Muñoz y el Foro por la Memoria de Espejo.

Según ha narrado a EFE, Ricardo Escobar Córdoba nació en Espejo el 14 de julio de 1907 y murió a los 94 años en Trèbes (Francia) el 13 de agosto de 2001. Gran parte de su vida en el exilio la pasó en Thézan-lès-Béziers, donde, apunta Muñoz Sánchez, se instaló en 1945. Se había casado el 25 de julio de 1933 en Espejo con Dolores Expósito Cívico, aunque durante su contactos con los vendimiadores espejeños mantenía una relación con una española llamada Carmen. Nada se sabe del destino de Dolores.

Exilio y detención en Francia

Después de la guerra o a punto de terminar se exilió a Francia y "allí los nazis le hicieron trabajar como esclavo para la organización Todt en La Gironda". Posteriormente fue detenido en Ariège, encarcelado en la prisión de Fort du Ha, en Burdeos, enviado al campo de prisioneros de Compiègne y deportado al campo de concentración de Neuengamme". En reconstruir la historia de Ricardo ha sido imprescindible también la intervención de la Cátedra de Memoria Democrática de la Universidad de Córdoba. Uno de sus integrantes, el profesor Antonio Manuel Rodríguez, ha señalado a EFE que a través de un colaborador se solventó el dilema de su procedencia, ya que en un principio se dudaba si era de Priego de Córdoba.

"Nos sentimos muy orgullosos", ha dicho en relación con la colaboración de la cátedra en este caso. También ha sido fundamental la participación del Foro por la Memoria de Espejo. El 23 de junio pasado pidió en su página de Facebook la colaboración ciudadana para localizar a algún familiar y a quien encontró fue a Julia Martínez y su historia de Thézan-lès-Béziers. Ahora, su presidente gestiona el reconocimiento de los once deportados de Espejo con las piedras de la memoria Stolpersteine, que se colocarán juntas en un lugar céntrico de la población. De ellos, cinco no tienen familiares conocidos. Al menos, a Ricardo y a otros cinco sí habrá quien los recuerde.

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