Memoria Histórica

La voz de los deportados cordobeses llega al campo de concentración nazi de Mauthausen

Carteles de los deportados cordobeses en Mauthausen.

Carteles de los deportados cordobeses en Mauthausen. / El Día

Hombres y mujeres de Torrecampo, Belalcázar, Villaralto, Villanueva de Córdoba, Belmez, Peñarroya-Pueblonuevo, Fuente Obejuna, La Granjuela, Posadas y Almodóvar del Río son los protagonistas de una serie de carteles que el memorial del campo de concentración nazi de Mauthausen (Austria) ha colocado en el Centro de Visitantes gracias a las gestiones realizadas por la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba.

Son "hombres y mujeres a los que les robaron un padre, un hermano, un hijo, un abuelo, la memoria de un bisabuelo y que 80 años después, que se dice pronto, pero se vive lentamente y con una enorme ausencia, han podido recuperar la memoria de su familiar", como han destacado este domingo Cristina García y Manuel Sánchez, del colectivo Stolpersteine.

Las víctimas son familias de todos los rincones de Córdoba, pero también de otras provincias andaluzas como Málaga, Jaén o Almería y de otros rincones de nuestra geografía, como Madrid o Barcelona, y familias que viven lejos, en Francia, Bélgica, Austria o Estados Unidos, pero que "nunca han olvidado de dónde provienen", ha recordado la asociación.

Stolpersteine ha denunciado el "silencio impuesto" y el "aguante" de las víctimas "ante palabras vacías de concordia ficticia".

"Porque, ¿qué mal hace una persona hablando de su padre, hermano, tío o abuelo? ¿Qué daño infringe a los demás querer llevar unas flores a una tumba y no a una cuneta? ¿Qué mal diabólico comete alguien que quiere recordar a su familiar con una pequeña placa en el suelo, porque las cenizas de su ser querido se las llevó el viento en Mauthausen, Dachau o Buchenwald? ¿En base a que razón tiene uno que olvidar a su familiar?", han cuestionado.

Las respuestas -explican- se encuentran en estos carteles, "testimonios-joya" que devuelven la fe en una humanidad "más demócrata, conocedora de su pasado, orgullosa de sus raíces porque saben que gracias a ellos tenemos hoy en día una sociedad democrática basada en derechos humanos, y sabedores de la importancia de conservar y mimar esa libertad y derechos adquiridos para que las ideologías extremistas no vuelvan a entrar en nuestras vidas".

Así que, a partir de ahora, Córdoba y la memoria de su deportación quedan impresas "en la retina de los visitantes que pasen por Mauthausen", destacan.

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