Minucioso, preciso, directo y al corazón. Así ha sido el pregón de la Semana Santa de Puente Genil que este sábado ha pronunciado Rafael Sánchez Pérez en el Teatro Circo, un acto tremendamente esperado por la sociedad pontanesa que supone un inmejorable preludio de la semana más especial y esperada del año.

Tal y como se preveía, la música iba a ser uno de los hilos conductores de las palabras del pregonero, en una lectura en la que, en sus prolegómenos, se entregaron obsequios y distinciones tanto al Manantero Ejemplar 2022, Juan Fernando García Arroyo, como al pregonero de 2021, Jorge Merino.

Tras la presentación, que corrió a cargo de su hijo, Rafael Sánchez se mostró sobre el escenario acompañado por los integrantes de la Schola Cantorum Santa Cecilia, ese coro tan querido para él que supone una familia con mayúsculas.

Sentados tras el pregonero, con la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno y dos figuras bíblicas de La Espina, la corporación a la que pertenece, al fondo, Sánchez comenzó a desglosar con sentimiento sus primeras vivencias ligadas a la Semana Santa en el marco de la entrañable plaza de Lara, lugar donde Apóstoles y Ataos creaban una atmósfera manantera que encandilaba a los pequeños.

De ahí continuó describiendo las emociones que se sienten, viven y perduran en los cuarteles, esa hermandad, que constituye uno de los grandes patrimonios de la Semana Santa de Puente Genil, y en cuyos recuerdos se adentró quebrando la voz de la emoción.

Rafael Sánchez no se quiso olvidar de los que ya no están con nosotros, y tuvo bonitos recuerdos para Jerónimo Guillén Willy, para Juanma Burón y también para Manolo Gil. Acompañado por el piano de Daniel Matas fue enumerando las advocaciones de nuestra Semana Santa y también quiso ensalzar entre poemas, versos y estribillos, los pasodobles que forman parte de la esencia de nuestra Mananta.

Pero uno de los momentos más significativos de la lectura del Pregón llegó con las referencias a su coro, “alma de mi alma”, y cómo no, con el brindis dedicado a su inseparable Carlos Delgado Álvarez de Sotomayor, con el que compartió tantos momentos y tantas horas de trabajo recuperando y recopilando algunas de las coplas más emblemáticas de la Semana Santa, una labor que nunca estará suficientemente reconocida.

El pregón de Rafael Sánchez recibió una atronadora ovación, y no solo porque sus palabras y su música erizaron la piel de los presentes, sino porque llega en un momento que todos aguardamos con ilusión y expectación, el momento de reencontrarnos, al fin, y de nuevo, con nuestras tradiciones.