A las 09:30 todo estaba listo. El sol ya pegaba como es habitual en la zona un jueves de finales de julio. El barco solar, que desde noviembre esperaba este día, se había engalanado para la jornada en la que la comitiva municipal encabezada por la alcaldesa de Hornachuelos, María del Pilar Hinojosa, y el edil de Turismo, Alejandro Tamarit, recibían al delegado de Turismo de la Junta de Andalucía en Córdoba, Ángel Pimentel y a la diputada provincial de Turismo, Inmaculada Silas, además de a miembros de la Asociación de Turismo del Medio Guadalquivir, de la Confederación Hidrográfica, de los grupos de desarrollo rural de la zona y de la dirección de El Cabril. Todos ellos iban a ser los que inauguraran la puesta de largo de los paseos en barco por el Bembézar.

Nada más zarpar cambié el ambiente y la brisa del Bembézar refrescaba una mañana en la que el Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos y su fauna dieron la bienvenida a los visitantes. El buitre negro, el buitre leonado, el martín pescador, el águila real la garza, entre otros animales, se asomaban para ver ese paseo inaugural del barco. A lo largo del recorrido, el salto del fraile, las buitreras, el sendero del Bembézar y, como punto y final, el seminario de los Ángeles fueron algunos de los enclaves de los que se pudo disfrutar.

El paseo adentró a los pasajeros allí donde el tiempo se para, hasta tal punto que la vista no se acostumbra a unos paisajes tan diferentes a los que se ven cada día y es que lo que ya se conoce como los fiordos andaluces hacen que que quien los contempla acabe trasladado a lugares que para nada le pueden hacer pensar que está en pleno corazón cordobés. Cuevas, rocas, rincones inusitados, incluso alguna playa hacen que sea toda una gozada para la vista. Por otra parte, alcornoques, encinas, quejigos, lentisco, arrayán, algarrobo, cornicabra, madroño, jara, zarzaparrilla, fresnos, sauces y palmitos son sólo parte de la flora de la que disfrutar en el viaje.

En ese viaje, la imaginación de cada uno se trasladó a distintos lugares a los que le recordó la zona, el Norte de España, la jungla, el Amazonas, el Caribe, escenarios de películas, todo ello para identificar un paisaje que no tiene ejemplos en las retinas, un paisaje que es único y que para todo el que lo contempla es un paisaje increíble y sacado de un cuento. Al atracar en el embarcadero, los comentarios eran similares: tenemos que volver y tenemos que traer a nuestros familiares y amigos. Todos quieren repetir. Es de esas cosas que desde ya se puede hacer en Hornachuelos.

Los primeros pasajeros se dirigen al barco.

El proyecto del barco y los otros del Plan de Activación Turística

El Plan de Activación Turística de Hornachuelos sigue en marcha. Uno de los proyectos más esperados del mismo era la puesta en funcionamiento del barco solar. A este importante proyecto turístico se suma el Centro de Interpretación del Bembézar,  cuya ejecución va con un poco de retraso, pero que desde el Ayuntamiento esperan que está finalizado "en breve", para mostrar información de las historias del río, su flora y su fauna. Además de el restaurante, en el que se degustará la gastronomía meloja con vistas al Bembézar. Esta actuación global cuenta con más de 650.000 euros de inversión, que han sido posible gracias al Ayuntamiento y a Enresa.

Ocio Bembézar es la empresa que se encarga de gestionar el barco y también el restaurante.El barco pasea viajeros río arriba adentrándose en la sierra proporcionando una experiencia sobrecogedora. Un interesante reclamo turístico, un elemento muy potente que da cobertura a un nuevo nicho de mercado, para los clientes que busquen alguna actividad más tranquila y que se complementa con la amplía actividad de de ocio activo que se ubica en la localidad.

Este catamarán tiene plazas para 70 pasajeros con todas las comodidades y adaptado a personas con movilidad reducida. Cuenta con aseos, barra, elementos multimedia y un techo solar que le proporciona energía para poder navegar. El barco se adentra en el Parque Natural de Hornachuelos a través del Bembézar de una manera confortable y segura. La zona del Embarcadero, donde se ubica, es una de las joyas de Hornachuelos. En este lugar se ha desarrollado un duro trabajo para su regularización desde el punto de vista urbanístico y medioambiental.

La empresa ha explicado su gerente, Nilo Fandiña, espera que la acogida del barco solar "sea muy buena, porque se abre a un público diferente". Para la puesta en marcha de este proyecto se han formado a cinco miembros del equipo con el título de patrón de aguas continentales en la Escuela Náutica Focus de Tarragona. La duración del viaje es de alrededor de 60 minutos y en principio se pondrá en marcha los sábados y domingos con dos turnos de mañana y de tarde. La demanda marcará si se amplía o no el número de viajes diarios. Además, se podrán hacer reservas para grupos desde 30 personas fuera de los horarios establecidos. El precio del viaje será de siete euros para los adultos y de seis euros para los menores de 12 años. Asimismo, los vecinos de Hornachuelos podrán beneficiarse de descuentos. El barco navega a una velocidad aproximada de 3 nudos, unos 5,5 kilómetros por hora.

La empresa espera ahora abrir de cara al mes de septiembre el restaurante, que define como "un local moderno, pero sin perder el estilo natural del entorno". Contará con grandes cristaleras para conseguir la sensación de estar en el mismo río Bembézar. La carta es una fusión de la cocina moderna y los platos típicos de la zona, sin olvidar la especialidad en los platos carnes y pescados a la brasa y al horno de leña. Habrá ofertas de restaurante con viajes en barco para particulares, para los grupos de empresas y para eventos como bodas, comuniones y bautizos combinados también con actividades en el parque multiaventura. El barco ha creado cinco puestos de trabajo y con el restaurante se espera contar con unas 12 personas, aunque la plantilla se irá ampliando según la demanda.