“Te condeno porque no quiero la inmortalidad del hombre, sino la eternidad de Dios”. Ha sido la esperada sentencia a muerte que en la noche de este sábado ha dictado el reputado jurista Manuel Gerardo Tarrío Berjano en la parroquia de Santiago Apóstol de Montilla con motivo de la XXVIII Sentencia que organiza la Centuria Romana Munda.

La cita, que ha empezado en el salón municipal San Juan de Dios con la recepción de las autoridades, es el gran acto de Cuaresma en la localidad, un preámbulo que cada año hace reflexionar desde una óptica actual sobre qué ocurrió en el palacio de Pilatos para enviar a Jesús a la crucifixión.

Tarrío Berjano, abogado, abogado del Estado y notario, ha centrado sus fundamentos en cómo el hombre actual y el transhumanismo quieren superar a Dios para hacerse eternos. “Aunque lo parezca, esto no es ciencia ficción. Los transhumanistas y su variante moderada, los enhancers o mejoradores, que definen el mejoramiento sin llegar al posthumano, han fundado instituciones y promueven todo tipo de investigaciones orientadas a alcanzar sus objetivos posthumanos”, advirtió.

Empezando por técnicas “aparentemente de menor alcance” pero que ya están en marcha y suponen un “importante desafío ético”, como la selección eugenésica de embriones o su modificación genética; el diseño biotecnológico humano o el aumento radical de capacidades físicas en el deporte, ha puesto como ejemplos.

“Frente a la pretención de la superlongevidad, te condeno a morir a los 33 años; frente a la soberbia de la superinteligencia te condeno a que tu mensaje solo sea entendido por humildes y sencillos de corazón, y frente a la idolatría del superbienestar, te condeno a que sufras por amor”, ha dictado.