La localidad de Priego de Córdoba celebra este jueves, 3 de junio, la festividad del Corpus Christi, conservando así la tradición de mantener esta efeméride en su fecha original a diferencia de la mayoría de ciudades, que la trasladan al domingo. En esta ocasión, el día ha comenzado con la celebración en la parroquia de la Asunción de una solemne eucaristía presidida por David Aguilera, vicario episcopal de la Campiña de Córdoba. Al término de la misma, quedaba expuesto Jesús Sacramentado, y se harán distintos turnos de adoración hasta las 20:00.

A esa hora se celebrarán las vísperas solemnes y tendrá lugar una procesión claustral en el interior del templo, respetando las medidas de seguridad por el covid-19. La tarde concluirá con la bendición solemne. Este acto contará con el acompañamiento musical de la Banda Municipal de Música de Priego.

De manera paralela, la Asociación de Vecinos del Barrio de La Villa se ha encargado de engalanar la puerta principal de la parroquia de la Asunción con adornos florales y con alfombras de colores, todo ello para contribuir al esplendor de este día del Corpus que está estrechamente vinculado con este barrio.

Pero, debido a la persistencia de la pandemia de covid-19, habrá que esperar para recurar la verbena, los juegos infantiles y, por supuesto, el desfile procesional de los niños que han recibido su Primera Comunión, ya que las medidas impuestas por las autoridades sanitarias aún no permiten este tipo de celebraciones.

Altar popular en el barrio de la Villa de Priego de Córdoba.

La celebración del Corpus es una de las tradiciones más arraigadas en la localidad de la Campiña Sur cordobesa, y debió iniciarse a mediados del siglo XVI, seguramente promovida por el llamado Apóstol de Andalucía, San Juan de Ávila, que había escrito un tratado titulado Del Santísimo Sacramento y que entre 1525 y 1569 desarrolló una intensa labor como predicador en Andalucía y especialmente en las provincias de Córdoba, Granada y Jaén. En Priego encontró el apoyo del licenciado Marcos López, vicario de las iglesias de la localidad y fundador del colegio de San Nicasio, que asumió la organización anual de la fiesta.

La celebración debió adquirir en pocos años un auge extraordinario, ya que a principios del siglo XVII se citaba a Priego como "señaladísimo lugar en esta gran devoción". La fiesta del Corpus formaba parte, junto a la de la Inmaculada Concepción y el Santo Entierro, de las que se financiaban a expensas del Ayuntamiento, que nombraba cada año a varios diputados para que la organizaran con la mayor pompa y esmero. Así, en 1820, el nuevo Ayuntamiento de signo liberal elabora un presupuesto en el que se destinan a la fiesta del Corpus 4.400 ducados, cantidad muy superior a las que se asignan a las demás fiestas de financiación pública.

No obstante, la programación festiva parece haberse simplificado a través de los siglos, si se tiene en cuenta la cantidad y variedad de actos que en siglos pasados se organizaban con motivo del Corpus. En los siglos XVI y XVII se organizaban en este día representaciones de autos sacramentales o comedias a lo divino y se ejecutaban danzas que por su procedencia o por la condición de quienes las ejecutaban se denominaron "de los portugueses", "de los gitanos", "de los pastores", "de los indios", "a lo francés" o "del cascabel". También se quemaban castillos de fuegos artificiales.