San Antón mete las mozas en un rincón, y San Sebastián las saca a pasear. Como dice el refrán, algo así ha pasado este domingo en San Sebastián de los Ballesteros, donde la fiesta de su patrón echó a la calle a los vecinos -no sólo a las mozas- en una jornada que, más que invernal, fue propia de la primavera.

El pavo con fideos es una tradición que, al igual que el topónimo del municipio, se remonta a tiempos del monarca Carlos III. Cuenta la historia que el rey confiscó aquellas tierras y hacienda a los jesuitas para llevar a cabo su plan colonizador, con el que pretendía fomentar la agricultura y la industria en una zona despoblada y amenazada por el bandolerismo. El 20 de enero de 1585, onomástica de San Sebastián, los jesuitas adquirieron estas tierras, y 183 años más tarde se erigió el pueblo por la intersección del monarca colono.

Lo más característico de la fiesta -su guiso- es igualmente herencia colona: el plato típico de pavo con fideos artesanales elaborados con huevo, harina y azafrán, que este domingo ha calentado los estómagos de paisanos y visitantes. Para la elaboración del plato, según el Ayuntamiento de la localidad de la Campiña Sur, se han empleado 25 kilos de fideos y 100 kilos de carne de pavo, aromatizado con el aceite de oliva virgen extra de la cooperativa olivarera de San Sebastián de los Ballesteros.

Esta comilona, a la que han asistido cientos de personas, ha sido un año más el colofón a tres intensos días de fiesta dedicados al patrón, el mártir que da nombre a esta localidad de la Campiña Sur de algo más de 800 vecinos fundada bajo la dirección del ilustrado Pablo de Olavide con población centroeuropea a partir de 1767 –en los tiempos del rey Carlos III–.

El chef que desde hace casi dos décadas se encarga de cocinar el pavo con fideos es Joaquín Sag, que cada año pone a punto cerca de un millar de raciones, para las que emplea un centenar de kilos de pavo y unos 25 kilos de fideos. Los fideos son artesanales, elaborados con una mezcla de huevo, harina y azafrán, y llegan procedentes de la panadería Gonzalo Ansio.

El trabajo en las cocinas empieza muy a primera hora de la mañana en el polideportivo y concluye al término de la procesión del patrón, en las que los voleadores hacen bailar las banderas. El frío aprieta y cientos de familias de dirigen raudos al pabellón para degustar este estofado que dejaron en herencia los centroeuropeos hace ya más de 250 años.

El guiso lleva también vino, tomate, pimientos, cebolla y ajo, unos ingredientes que perpetúan cada año una receta que antiguamente se hacía en las casas. Es un plato sencillo, pero muy especial por lo que significa para todos los vecinos, que suelen coleccionar el cuenco conmemorativo en el que se sirve. Cada año es diferente y, en esta ocasión, el diseñador ha sido el taller de La Rambla Ivanros.

Un plato de los de toda la vida, aunque especial, que como ya ha insistido en más de una ocasión el alcalde de San Sebastián de los Ballesteros, Francisco Javier Maestre, junto a los vecinos, también son muchas las personas que llegan de la capital cordobesa para disfrutar de la jornada, que incluye una procesión en honor a San Sebastián, una misa y, además, un baile tras la comida. En este caso, la degustación ha estado acompañada por la actuación de la cantante Isabel España.

Cuenco de pavo con fideos.