Miles de personas arropan a la Virgen de Araceli en el día grande de sus fiestas
La patrona del municipio salió en procesión con el manto blanco bordado confeccionado para su Coronación hace 65 años La comitiva incluye como novedad un cuerpo de acólitos
Lucena vivió ayer un día grande alrededor de su patrona, María Santísima de Araceli, con motivo de su onomástica y, a la sazón, fecha central de las Fiestas Aracelitanas 2013. La jornada comenzó bien temprano, justo cuando los más atrevidos acababan de retornar a sus domicilios después de una larga y animada noche en el recinto ferial. Las salvas de honor a la Virgen sirvieron para anunciar tan señalado día en el calendario lucentino, puesto que además del sentido religioso y mariano propio de la celebración, miles de Aracelis también festejan el llevar a gala el nombre de su protectora.
Con gran solemnidad comenzaron los actos del Día de la Virgen en la parroquia de San Mateo, donde el obispo, Demetrio Fernández, presidió la función religiosa. La eucaristía también concitó los intereses de los amantes de la música, pues es la única ocasión durante el año en que se puede escuchar la Misa del campo andaluz, obra compuesta por el lucentino Antonio Villa Álvarez de Sotomayor, que basa las distintas partes de su obra en palos del flamenco, todo ello en clara alusión a la condición de la Virgen de Araceli como señora de los campos andaluces. La interpretación corrió a cargo de la Coral Lucentina y la orquesta del conservatorio profesional Maestro Chicano Muñoz.
La buena temperatura, pese a la veleidad del cielo -con masas nubosas-, invitó a quedarse en la calle. De ahí que las terrazas, restaurantes y demás establecimientos hosteleros del centro estuvieran repletos, pues durante las Fiestas Aracelitanas las casetas del recinto ferial sólo abren en horario nocturno. El ambiente sí se trasladó a los tendidos del Coso de los Donceles, con los rejoneadores Fermín Bohórquez, Manuel Manzanares y Manuel Moreno.
Todos estos actos finalizaron minutos antes de las 20:00, cuando miles de lucentinos se congregaron en la plaza Nueva para disfrutar de la presencia de la Virgen de Araceli en las calles. Con gran puntualidad, la patrona salió por la puerta central de San Mateo, en un momento en que se desveló uno de los secretos mejor guardado por sus vestidoras: el manto y el palio elegidos para la salida. En esta ocasión, la Señora lució el manto blanco bordado en oro que estrenó para su coronación canónica -de la que en este 2013 se cumplen 65 años- y que fue bordado en 1922 en el convento de Carmelitas Descalzas. Y, bajo el parigolón, la cuadrilla de santeros capitaneada por su manijero, Fernando Servián Corredera, para quien tocar la campana del paso de la patrona en su Día "es lo máximo a lo que puede aspirar un aficionado a la santería de Lucena".
La comitiva, conformada por interminables filas de devotos alumbrantes, hermandades filiales, miembros de la Obra Pía, clero diocesano, Corporación municipal y cofradías de pasión y gloria avanzó por la plaza Nueva en busca de la plaza del Coso. En todo momento, una enorme masa de fieles rodeó las andas de la Virgen mientras se entonaba el Himno Aracelitano -compuesto para la Coronación con música de Luis de Aramburu y letra de José María Pemán-, una pieza que también interpretó en la cabecera de la procesión la histórica agrupación musical Santa María Magdalena, de la población sevillana de El Arahal, que tradicionalmente abre el paso de este cortejo. Su vinculación con la devoción aracelitana le llevó a convertir esta melodía en marcha procesional.
Personas de todas las edades se acercaron al paso de la procesión para lanzar "vivas" a la Patrona que, como novedad, este año estuvo precedida de un cuerpo de acólitos que la Real Archicofradía ha querido incluir en el cortejo para que, en adelante, siga formando parte del protocolo litúrgico de la procesión y en cuantos actos y cultos se requieran ciriales o dalmáticas.
Conforme el reloj corría, el palio blanco de la Señora fue retornando hacia la plaza Nueva donde, en torno a las 23:30, comenzó un espectáculo pirotécnico que incorporó música y luz como elementos vertebradores. Se trata de una tradición arraigada que suscita el interés no sólo de los lucentinos, sino también de personas de otros lugares cercanos que desde sus propias azoteas o balcones contemplan en la lejanía esta función de color y sonido que, sentimentalmente, da por cerradas las fiestas con la recogida de la Santísima Virgen.
Hoy lunes, jornada festiva en Lucena, continúa la actividad en el recinto ferial hasta la noche cuando, un año más, se apague el alumbrado extraordinario que anuncie el final de los festejos. Aún así, la actividad en torno a la Virgen de Araceli continúa durante todo el mes. El próximo domingo, día 12, tendrá lugar un besamanos, y hoy empieza una novena que será presidida por predicadores como el obispo de Bilbao, Mario Iceta, o el obispo auxiliar de Sevilla, Santiago Gómez Sierra. Como hecho extraordinario, el día 31 de mayo tendrá lugar una eucaristía en la parroquia de San Mateo que servirá de clausura al Año Jubilar Aracelitano, decretado por el Papa emérito Benedicto XVI, y que será presidida por el obispo de Córdoba.
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