Puerto del Calatraveño

Lara Cantizani: seguirá en nuestros haikus

  • La Lucena que hoy conocemos, culturalmente inquieta, lleva la huella indudable de Manuel Lara Cantizani, concejal de Cultura y poeta fallecido esta semana con tan solo 51 años

Manuel Lara Cantizani, fotografiado en 2014.

Manuel Lara Cantizani, fotografiado en 2014. / El Día

El arranque de esta Cuaresma extraña, que se despliega con sus pólenes adelantados, ha terminado por llevarse a Manuel Lara Cantizani, concejal socialista en el Ayuntamiento de Lucena y poeta. Lara Cantizani lleva saliendo en las página de este periódico desde que echó a andar hace ya dos décadas. En la hemeroteca, las primeras imágenes retratan a un poeta y editor joven, melena larga, gafas, perilla y verbo rápido.

Las más habituales, sin embargo, sitúan al Lara Cantizani concejal tras los micrófonos, sujetando algún cartel, en algún museo lucentino, presentando proyectos, americana y pelo corto. En la última, desafiando ya a la enfermedad, luce una pequeña cresta. Y en todas –y eso es lo importante– sonríe.

Me atrevería a decir que pocos políticos cordobeses, autoridades, deportistas o personalidades en general han llenado tantas páginas de periódicos en la provincia como Manuel Lara Cantizani y sus miles de proyectos. Su omnipresencia en todo cuanto acontecía en Lucena, el municipio más poblado de Córdoba tras la capital, lo situaron incluso en el centro de los chascarrillos de la profesión periodística: a ver cuántas fotos de Lara Cantizani llegarían ese día, cuántas notas desarrollando sus ideas y sus iniciativas.

Tuve la oportunidad de conocer a Lara Cantizani en noviembre de 2016 en la redacción de El Día. Vino acompañando al alcalde, Juan Pérez, a un encuentro digital en el que se enfrentaba a las preguntas de los lectores. Recuerdo a Lara Cantizani como una especie de pepito grillo que recitaba de memoria fechas y datos. Y recuerdo también que, en aquellas conversaciones breves, entre vecinos que preguntaban sobre farolas que no encendían y asfaltado de calles, el concejal sacó tiempo para hablar de poesía, algo raro en ese mundo de tecnócratas y burócratas. Contó que cada noche, antes de irse a dormir, para sacarse de la mente la rutina y los problemas, compartía un haiku a través de Twitter.

Cuando se supo que Lara Cantizani había caído enfermo, que a Lara Cantizani lo había tocado esta enfermedad terrible, las redes desbordaron versos. Él siguió componiendo y compartiendo. Ysiguió imaginando una Lucena culturalmente inquieta. Porque la ciudad que hoy conocemos lleva indudablemente la huella de este concejal hiperactivo, como lo demuestra un currículo político lleno de logros desde que se incorporó en 2007 a la gestión municipal al frente de las delegaciones de Cultura, Turismo, Deportes, Juventud y Desarrollo Empresarial e Innovación.

Su participación en la tramitación del segundo Plan Estratégico de Lucena y en los proyectos de inversión de los fondos europeos Feder resultó decisiva en la recepción y el desarrollo de importantes inversiones para el municipio, representadas en edificios históricos restaurados como el Palacio de los Condes de Santa Ana y la Casa de los Mora.

Y, en el plano turístico, su objetivo de geolocalizar a Lucena como destino en el centro de Andalucía, vinculado al legado histórico y cultural de la ciudad, halló en la incorporación de Lucena a la Red de Juderías de España su máximo logro, una vez que se culminó la apertura de la necrópolis judía como activo turístico. En este campo, contribuyó a la obtención para Lucena del Premio a la Excelencia en la Gestión Turística, otorgado por la Junta de Andalucía. Si en todos los ayuntamiento hubiera alguien como Lara Cantizani, el mundo sería mucho mejor.

Su currículo literario es igual de apabullante, siempre centrado en los haikus y con numerosos premios –Mario López, Ciudad de Burgos y el primer premio de poesía mística Fundación Miguel Castillejo–. Sus versos han sido traducidos al árabe, hebreo, japonés, inglés, italiano y neerlandés.

En los últimos meses, tras el diagnóstico de la enfermedad, su genialidad y la solidaridad de su extensa nómina de amigos se fusionaron y lograron materializar la obra Haikus del buen amor desde Lucena (y el mundo), cuyos beneficios fueron destinados a la Asociación Española Contra el Cáncer. Futuro y luz. Estaré en nuestros haikus. Salud y amor. Dejó escrito. Ahí lo encontraremos.

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