Judíos y rostrillos cierran los días de Pasión en Baena y Puente Genil
Los municipios cordobeses se echaron a la calle para despedir la Semana Santa en una jornada luminosa · La ciudad pontanesa reunió a miles de personas que acudieron para disfrutar del Domingo de Resurrección
El cierre de la Semana Santa en los municipios de la provincia estuvo marcado por la temperatura primaveral y un cielo despejado, que invitaba a salir a la calle para disfrutar de los cortejos procesionales y de una jornada festiva diferente, la que cierra los desfiles.
Pero si hay una ciudad en la que el broche de la Semana de Pasión es puro espectáculo, ésa es Puente Genil, donde con los primeros rayos de sol ya se oían los cohetes que anunciaban la salida del paso de Jesús Resucitado desde la parroquia del Carmen, en el barrio de la Estación. Más tarde, sobre las 11:00, la gente llenaba ya las aceras de la avenida de La Matallana para ver el paso de todas las figuras bíblicas de las corporaciones pontanas, un desfile lleno de colorido y en el que los populares rostrillos muestran pasajes del Viejo y Nuevo Testamento. Una vez más, los más pequeños fueron los que más disfrutaron de una puesta en escena que cada año reúne en la ciudad del Genil a miles de personas, muchas de ellas de otras provincias andaluzas atraídas por la peculiaridad del último día de la Semana Santa del municipio.
BAENA
La mañana del Domingo de Resurrección amaneció en Baena con un sol espléndido y dos millares de judíos de la cola negra tomaron las calles para celebrar el Advenimiento de Jesús y para aprovechar las últimas horas de la Semana Mayor que ya termina.
La avenida Virrey del Pino lucía un lleno absoluto y no podía acoger a más gente deseosa de disfrutar del último desfile. Acompañado del sonar de los tambores roncos de sus hermanos, el Resucitado desfiló por Baena de la mano de María Magdalena, Nuestra Señora del Rosario y las marchas de su Centuria Romana.
Un año más, la imagen de la Virgen del Rosario recibió el cariño de baenenses y foráneos. Isabel II donó a esta imagen una corona, un cetro y una media luna, así como el rosario que llevó la monarca durante su boda, motivo por el cual, esta talla está íntimamente relacionada con la Casa Real.
En la mañana de ayer el desfile congregó, a partir de las 11:30, a muchas personas en la Plaza de España, Juan Rabadán, en la calle Mesones y junto a la Muralla de la calle Amador de los Ríos. A las 15:00 volvía a recogerse en la iglesia de Guadalupe y los baenenses guardaron los tambores hasta el año próximo.
LUCENA
El olor a incienso y a vela se esfumó en el medio día de ayer, cuando pasadas las 15:30, Nuestro Padre Jesús Resucitado y Nuestra Señora de los Ángeles entraban a su templo, la Iglesia de los Reverendos Padres Franciscanos, tras algo más de tres horas de recorrido. Los hermanos vistieron túnica blanca, con cordón franciscano y antifaz y capa blanca. De blanco impoluto es también la vestimenta de los santeros -túnica y capirote-. Este año se presentó como estreno la terminación de las corbatas bordadas del palio de la Virgen de los Ángeles.
La Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Los Turutas de Priego de Córdoba, fue la agrupación que acompañó con sus notas al desfile, que también contó con el calor que numerosos lucentinos le transmitieron, al tiempo que se despedían de la Semana Santa. Éste fue para la mayoría, como cada año, el único detalle amargo que dejó el Domingo de Resurrección. Y es que muchos cofrades esperan, desde ayer, con ganas la Semana grande de 2011.
LA RAMBLA
Llegó la alegría a la Semana Mayor de La Rambla, llegó Jesús Resucitado. Redoblaban a mediodía las campanas de la parroquia de la Asunción para festejar la Resurrección de Jesús. En el ultimo desfile procesional, todas las hermandades acompañaron a la única imagen que salía, Jesús Resucitado emergiendo del Sepulcro.
Ayer la Agrupación de Cofradías estrenaba guión, bordado en oro sobre tisú de plata. Además, se sumó a la señal de duelo por Antonio Marín, al igual que la agrupación musical que este hombre de referencia de la Semana Santa rambleña dirigió hasta su muerte, la Expiración, que acompañó al Resucitado de Montalbán. En La Rambla, el báculo de la agrupación lució en la canastilla del paso con un crespón negro, para recordar a quien también fuera creador del Certamen de marchas procesionales.
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