El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Córdoba ha denunciado a dos personas por el incendio forestal que en agosto del año pasado arrasó parte del Puerto del Calatraveño, en Los Pedroches, al entender que el origen de las llamas está en una "negliglencia" por el mantenimiento deficiente de una línea eléctrica, que al roce con la rama de un árbol provocó unas chispas. El incendio se desencadenó el 16 de agosto del pasado año, quedó controlado sobre las 02:30 del día 18 y se dio por extinguido a las 20:00 del 20, cuatro días más tarde.

En total, quedaron afectadas más de 600 hectáreas de terreno forestal y agrícola y las imágenes del suelo calcinado se viralizaron pronto como ejemplos visibles de la vulnerabilidad de los bosques en momentos de extrema sequía. La Comandancia ha recordado este martes que la fecha del incendio se encuadra en la considera época de "peligro alto", y el el término municipal, Alcaracejos, está catalogado como de “peligro de incendio”. 

En aquellos primeros momentos, el equipo de investigación del Seprona realizó inspección ocular de la zona de inicio del fuego, así como del patrón de propagación del mismo y práctica de testificales. En las primeras diligencias policiales, ya se puso de manifiesto que sobre la vertical de un eucalipto discurre el trazado de una línea eléctrica de alta tensión de tercera categoría denominada Ballesta, perteneciente a la subestación de Puente Nuevo. Se trata de tres cables con punto de apoyo más próximo a escasos 15 metros del árbol; los agentes "no apreciaron indicadores de posible limpieza preventiva".

El informe pericial elaborado de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) de la Junta Andalucía, corroboró más tarde que el fuego "se originó como consecuencia de la negligencia en el mantenimiento de la línea eléctrica". Y es que, según este informe, los tres conductores se encontraban "desnudos" dentro de la copa de un eucalipto, "en contacto frecuente con las hojas y ramas e incumpliendo las distancias de seguridad tanto verticales como horizontales entre conductores y vegetación que establece la legislación".

La Comandancia ha recordado que la normativa establece la obligación de la titularidad de la línea para garantizar la distancia entre los conductores y la masa de arbolado, en este caso con un mínimo de dos metros. Es más, deben preverse las posibles actuaciones a realizar para el mantenimiento de esta distancia mínima "cuando se trate de especies de crecimiento rápido tal como es el caso del eucalipto".

Así, establecida la causa del siniestro forestal, "fricción de las ramas de un eucalipto con los conductores desnudos del tendido eléctrico y descartada la posible intencionalidad," la línea de investigación estuvo dirigida a comprobar la posible negligencia en el cumplimiento de las medidas preceptivas, pues esto podría dar lugar a un posible ilícito penal por imprudencia.

El desarrollo de la investigación permitió determinar que, para la prevención en materia de incendios forestales, la mercantil titular de la línea tenía implementado un sistema externalizado a través de la contratación de dos empresas, una encargada de las labores de comprobación y materialización de las medidas preventivas y una segunda a modo de control de calidad. Sin embargo, este sistema "no ha tenido la eficacia pretendida, ni por otro lado ha existido un control propio in vigilando”, concluye la Comandancia.

El resultado es que el Seprona ha investigado a la persona designada por la titularidad de la línea eléctrica así como al administrador de la empresa contratada para las labores de mantenimiento. Las diligencias han sido puestas a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Pozoblanco.