Arqueología

Hallan una necrópolis romana con tumbas de esclavos y sirvientes en Almedinilla (Córdoba)

Panorámica de la zona donde se ha encontrado la nueva necrópolis de Almedinilla.

Panorámica de la zona donde se ha encontrado la nueva necrópolis de Almedinilla. / El Día

En Almedinilla empiezan a acostumbrarse a que, cada vez que se rasga la piel de la tierra, aparecen restos de su pasado íbero o romano. Aunque no por ello deja de sorprender cada nuevo descubrimiento que se produce. Los Amigos del Ecomuseo del Río Caicena han dado cuenta de nuevos hallazgos en el término municipal, que en esta ocasión se retrotraen, al menos, al siglo I de la actual era, es decir, pertenecientes al esplendoroso pasado romano de la localidad, cuando se levantó la villa de El Ruedo, casa del inquietante dios Hypnos.

En concreto, se trata de una necrópolis de cremación romana que estaría vinculada a las primeras fases de ocupación de la citada villa y de la que hasta ahora no se conocía su ubicación. Con el paso de los años, dio lugar a la gran necrópolis de inhumación de los siglos IV al VII que sí ha sido excavada en diferentes momentos aunque, como advierten los arqueólogos, aún no se encuentra agotada. 

Como ha ocurrido en ocasiones anteriores, el hallazgo arqueológico se ha producido con motivo de las obras que el Ayuntamiento almedinillense realiza desde comienzos del mes de marzo en el entorno del albergue y el centro de formación para acondicionar un parking para autocaravanas. Cuando la máquina excavadora ensanchó el cauce del barranco que delimita la propiedad por el lado Sur para su mejor drenaje, comenzó a extraer restos constructivos romanos, como ladrillos y fragmentos cerámicos que los arqueólogos consideraron “basureros”. Pero, al continuar las máquinas, descubrieron lo que parecía una tumba.

El hallazgo de este primer enterramiento, a una profundidad de 1,70 metros de la superficie, hizo paralizar los trabajos. Según explica en su informe el responsable del Museo Histórico de Almedinilla, el arqueólogo Ignacio Muñiz, para verificar si era un hallazgo aislado o formaba parte de una necrópolis completa se hizo un seguimiento “cuidadoso” de la explanación que llevaba a cabo la máquina excavadora. Esto permitió comprobar que, en efecto, se trataba de una necrópolis de la que se identificaron inicialmente cerca de 60 puntos con la hipótesis de que se trata de “tumbas de cremación”.

Una de las tumbas recuperadas en Almedinilla. Una de las tumbas recuperadas en Almedinilla.

Una de las tumbas recuperadas en Almedinilla. / El Día

A partir de aquí se propuso al Ayuntamiento crear una zona de reserva arqueológica, cubriendo los restos con una capa de tierra de 40 centímetros a la espera de una excavación en detalle, con los medios suficientes y con las pertinentes autorizaciones de la Delegación de Cultura. Hasta que llegue ese momento, las obras municipales en la zona delimitada quedan paralizadas.

Esta superficie, sin protección arqueológica, se encuentra aledaña al Bien de Interés Cultural (BIC) de la villa romana de El Ruedo y, de acuerdo a la memoria firmada por Muñiz, “es muy probable” que continúe en las fincas aledañas y que parte de ella se encuentre en el espacio protegido del entorno BIC. De acuerdo a las primeras estimaciones, se trataría de una necrópolis romana fechada entre el siglo I y IV y es posible que, debido a la “pobreza extrema” de materiales, corresponda al lugar de enterramiento de esclavos y trabajadores

De hecho, el arqueólogo explica que la pobreza en las estructuras y en los materiales recuerda a otra necrópolis “muy pobre” ya exhumada en Almedinilla en el paraje de Las Esperillas, asociada a un pequeño poblamiento rural. En todo caso, el hallazgo “va a permitir conocer mejor las primeras fases de colonización agrícola romana y las condiciones de vida de los trabajadores”, que en la mayor parte de las ocasiones no se puede documentar “por la fragilidad de los restos que dejaron en la vida y en la muerte”.

En la tumba que las máquinas dañaron, los arqueólogos pudieron reconstruir una estructura “muy frágil” compuesta de fragmentos de tegulae, dolia y piedras de pequeño tamaño que, a manera de túmulo, cubría un estrato de carbones y huesos. El informe concluye que se trata de un enterramiento de cremación y que o bien las arcillas naturales del terreno no han facilitado la conservación de huesos y grandes fragmentos cerámicos o bien los huesos eran triturados después de la cremación. En otra tumba, identificada con el número 5, sí se han logrado recuperar los restos de una urna “muy fragmentada” con carbones y algunos huesos.

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