La Guardia Civil aún busca la pistola que se usó en el crimen del panadero

Fernán núñez

Los agentes mantienen las diligencias abiertas y continúan tomando declaración a testigos, aunque la investigación ya está prácticamente cerrada a falta sólo del arma

Alfonso Alba

Fernán Núñez, 27 de febrero 2008 - 05:01

Una semana y media después del crimen, la Guardia Civil aún está buscando el arma con la que se asesinó a Alfonso Navajas Castro, el panadero de 37 años que apareció muerto de un disparo en la nuca el sábado 16 de febrero en Fernán Núñez. Según confirmaron a el Día fuentes policiales, los agentes están buscando el arma según la declaración del hombre que está acusado de matar al panadero, Eusebio Cañadillas, de 38 años, un amigo de la infancia de la víctima que se confesó autor del crimen el martes de la pasada semana y que actualmente está en prisión de forma preventiva por orden de la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Montilla.

Cañadillas declaró a la Guardia Civil que se deshizo del arma poco después de cometer el crimen. La pistola, de pequeño calibre y corto alcance, sería la principal prueba de cargo en contra del acusado, después de su confesión. Por este motivo, el instituto armado mantiene abiertas las diligencias. Además, continúa con los interrogatorios a diversos testigos y al entorno de la víctima y el detenido para atar los últimos cabos de una investigación que está prácticamente concluida.

Mientras tanto, Cañadillas ha cumplido ya su primera semana en prisión, desde que el pasado miércoles la juez de Montilla decretara su privación de libertad de forma preventiva. La magistrada tomó esta decisión después de que en la noche de antes el acusado se derrumbara y confesara los hechos en la Comandancia de la Guardia Civil en Córdoba, donde llevaba ya tres días detenido.

Según informó la Guardia Civil, el móvil del homicidio fue una deuda por la compra-venta de cocaína entre el arrestado y la víctima: un ajuste de cuentas, como adelantó este periódico. Según el informe policial, el cadáver del panadero fue localizado por sus familiares a las 08.30 del 16 de febrero. El hombre había desaparecido un día antes, el viernes sobre las 17.30, cuando se despedió de su mujer.

El cuerpo sin vida del panadero presentaba un impacto de bala en la nuca "y en la escena del crimen no había indicios de que se hubiese producido enfrentamiento alguno entre la víctima y su asesino", según ha explicado la Guardia Civil. Según el informe forense, el disparo fue efectuado a corta distancia, por una pequeña pistola de poco calibre y ejecutado por una persona más alta que la víctima, debido a la inclinación del orificio. Desde el mismo sábado por la tarde, las sospechas de los agentes se centraron en Eusebio Cañadillas, de una estatura superior a la víctima. Posteriormente, la investigación determinó la relación entre sospechoso y víctima: el primero tenía una considerable deuda con el segundo por la compra-venta de cocaína.

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