Subbética

Genaq: la empresa de Lucena que convierte el aire en agua potable por todo el mundo

Un generador atmosférico de Genaq en la comunidad colombiana de La Guajira.

Un generador atmosférico de Genaq en la comunidad colombiana de La Guajira. / Cedida por GENAQ

Garantizar agua potable de calidad en cualquier lugar del mundo. Ese es el objetivo que guía el crecimiento exponencial de una empresa lucentina, Genaq, mediante máquinas que son capaces de transformar el aire húmedo en agua para beber. Una tecnología eficiente y con certificado de excelencia fabricada en la Subbética, que ya ha sido implantada en más de 50 países como respuesta a la escasez o los problemas de suministro que arrastra el líquido elemento en algunos partes del planeta. 

Flamante finalista en la Copa Mundial de Emprendimiento este mes de enero, "Genaq parte de un proyecto tecnológico de I+D+i en el año 2008, cuyo objetivo era comprobar, mediante el desarrollo y fabricación de un generador atmosférico, el potencial en cuanto al coste de agua generada (en euros/litro) y su calidad", cuenta su director general, Carlos García. La empresa pertenece al Grupo Keyter-Intarcon, que abarca los sectores de la refrigeración y del aire acondicionado industrial, líderes en Lucena. 

Durante los primeros años se llevaron a cabo proyectos con el ejército norteamericano para validar los prototipos, hasta que en 2017 el grupo de trabajo se constituyó como empresa con la marca Genaq. "A partir de ahí nos centramos en optimizar la tecnología con dos objetivos: aumentar el agua que generamos reduciendo el consumo eléctrico y asegurar que el agua es de muy alta calidad", explica García. "Obtuvimos certificaciones y desarrollamos las redes comerciales". En la actualidad, cinco años después de entrar en el sector, Genaq ha suministrado sus generadores atmosféricos en más de 50 países de distintos continentes, como Estados Unidos, Turquía, Etiopía, Panamá, México, Chile o Palestina.

Genaq ha encontrado vías de negocio en situaciones "de emergencia", ofreciendo una respuesta a las necesidades de agua potable de calidad tras catástrofes naturales como el huracán María de Puerto Rico en 2017. En ámbitos parecidos, también ha trabajado en campañas de acción humanitaria con organizaciones como Naciones Unidas o Cruz Roja para llevar generadores de agua a campamentos de refugiados en Jordania o a poblados de comunidades remotas de África o América del Sur. Otro sector "muy importante" para esta empresa ha sido el de Defensa, señala el director general, suministrando estos equipos en campamentos y misiones para los ejércitos de Estados Unidos, Portugal o España.

Generador atmosférico de Genaq para el ejército estadounidense. Generador atmosférico de Genaq para el ejército estadounidense.

Generador atmosférico de Genaq para el ejército estadounidense. / Cedida por GENAQ

Tras ampliar su mercado a las industrias petrolíferas, en minas o en barcos, "donde es muy complicado llevar agua potable a sus empleados", la empresa prepara su entrada a finales de 2023 en el sector comercial y de uso doméstico, "con mayor potencial, pero el menos explorado hasta ahora". La aspiración de la compañía es reemplazar el consumo de agua embotellada -disparado en la última década-por un dispensador atmosférico capaz de generar 10 litros diarios en aquellos sitios donde la calidad de la red de agua no sea buena, o no llegue el suministro. "Es mucho más barato, no tiene logística y el agua es perfecta", argumenta el director de Genaq.

Para conseguir esa pureza en el agua, que defiende García, se trata de "filtrar muy bien el aire para que no nos entre ninguna partícula, que todo dentro de la máquina esté hecho de materiales de calidad alimentaria que aseguran no estar migrando en ninguna sustancia inocua, y luego desinfectar el agua añadiendo minerales, sin cloro". "El agua embotellada es buena, pero tiene microplásticos", concluye.

"Nos desligamos como alternativa para paliar a la sequía"

A la pregunta de si este sistema de generadores atmosféricos de agua serviría como alternativa en un futuro para paliar la sequía, el director general de Genaq lo descarta rápidamente. "Nos queremos desligar mucho de la sequía porque nuestra máquina más grande genera 5.000 litros al día, y eso para regar olivos, con un coste de 3 céntimos el litro, es carísimo".

De hecho, "ahora estamos en unos niveles de eficiencia muy buenos, hemos conseguido reducir los niveles de consumo eléctrico a la mitad, pero hay un límite físico", insiste García. "Al final se condensa agua porque estás rebajando la temperatura del aire por debajo del punto de rocío y esa reducción de temperatura, por muy bien que la hagas necesita energía, y aunque lo hicieras perfecto supondría un coste límite para el precio actual de la energía que seguiría siendo caro para el uso de agua general. Por eso no queremos generar falsas expectativas sobre la sequía", zanja el director de Genaq.

Hasta ahora, la única aplicación que ha tenido en la agricultura ha sido en invernaderos hidropónicos por la compatibilidad de las condiciones atmosféricas con el generador de energía: "El agua que se evapora dentro del invernadero la recuperamos nosotros". 

Entre los retos que se fijan a medio a plazo desde la empresa está precisamente el seguir mejorando la eficiencia energética para ser más barata. El consumo actual se sitúa en 0,2 kilowatios/hora por cada litro de agua generado. A largo plazo, Genaq se propone liderar un sector en auge con el objetivo de llegar a todos los escenarios que se dan en el mundo donde la solución para el agua potable no es buena.

"Tenemos una enorme motivación para conseguirlo. Va a aportar muchísimo beneficio a la sociedad tanto a nivel de salud, a nivel de bolsillo y a nivel ambiental", asegura el director de la empresa.

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