Provincia

Daricia, el niño, el viejo y el burro

  • El PSOE ha anunciando "como se comprometió Manuel Chaves en campaña electoral" que la Junta pedirá al Gobierno que diga en seis meses dónde estará la estación AVE en Los Pedroches

ÉRASE otra vez una jovencita madura que continúa viendo como después de su aventura vivida en la época de las maravillas [que otros llaman campaña electoral] los trenes pasan a gran velocidad por delante de su casa sin detenerse por una zona que recorren ya desde hace 16 años. Daricia sigue sentándose frecuentemente junto a un romero e imagina lo que puede suponer de progreso para su comarca que ese gran caballo de hierro -que decían los indios- haga escala en la zona para traer y llevar pasajeros. Ahora, parece que se abre una puerta para hacer realidad su sueño después de la palabra reiterada de que "el tren parará", dada por el sombrerero mágico Manuel Chaves en esa aventura vivida en la época de las maravillas. Lo prometido es deuda pendiente -que no duda-, y el sombrerero ya ha puesto en marcha su maquinaria para ello, con lo que comienza un nuevo capítulo de las aventuras de Daricia en el que deben estar desterrados los efectos alucinógenos propios de un Morfeo en forma.

Chaves le ha enviado, como angelito anunciador, a uno de sus pequeños, de apellido Velasco y de nombre Rafael, para llevarle la buena nueva. "Daricia, Daricia, has hallado gracia delante de la Junta. No te preocupes, hemos concebido y dado a luz la idea de que en seis meses el Gobierno ya sabrá en qué punto exacto de tu tierra podréis coger el AVE", le dice el niño Rafael. "Hágase según tu palabra, pero creo que el mejor de esos puntos exactos es la estación técnica de Villanueva de Córdoba", le contesta la jovencita madura, mientras le añade que "ya está hecha y no habría que realizar expropiaciones de ningún tipo. Además, es más céntrica que otras opciones, por lo que dará mejor servicio a los pueblos".

Mientras todo esto ocurre, comienzan las murmuraciones sin sentido que parece que prometen prolongarse en el tiempo. Que si el Dios Gobierno va a ubicar la parada en Conquista o Cardeña -porque allí gobierna el PSOE- en detrimento de Villanueva de Córdoba -en donde lo hace el PP-, que si al final será realidad en esa última localidad -por los buenos resultados en las urnas posteriores a la época de las maravillas de la campaña electoral-. Ese discurso tan banal que ella no acierta a comprender por qué se produce vuelve a provocar un efecto tan alucinógeno en Daricia que parece situarla en otra aventura a cuyos personajes la somnolencia le hace ponerle caras familiares: el cuento del niño, el viejo y el burro. Daricia observa como un niño y un viejo van montados en un burro, mientras que la gente que los ve pasar se mete con ellos por el peso que soporta el animal. Más tarde, la siguiente imagen que viene a sus ojos es la del pequeño angelito subido a lomos del asno que el anciano lleva caminando de la correa, mientras que se oyen críticas al menor por permitir que el abuelo se pegue el palizón. Después, Daricia ve al anciano subido y al niño caminando, con lo que las críticas las recibe el mayor de los dos; para finalizar con la estampa de los dos andando junto al burro, ocasión que aprovecha la gente para decir de ambos que son muy tontos ya que podían ir a lomos del animal.

De repente, se abren los cielos y un portavoz del Dios Gobierno despierta a toda la comarca al grito de "ciudadanos, haya paz, no os lleguéis a pelear por el asunto pueblo contra pueblo, ¿no queríais parada?, pues eso es lo que vais a tener". Daricia se frota los ojos al tiempo que grita "sí, te creo, pero deprisa, deprisa". Tan deprisa que colorín, colorado, este cuento aún no se ha acabado.

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