Córdoba Patrimonio de la Calidad

Hace cosa de dos, tres o cuatro décadas, cuando era más normal ver las iglesias llenas cada domingo y fiesta de guardar, los grupos parroquiales hacían sus propias versiones eucarísticas de temas musicales ultrafamosos al más puro folkievangélico y con tintes de Operación Triunfo. ¿Qué persona que haya vivido en esa época no recuerda el Yesterday de Los Beatles a letra cambiada, a guitarra rasgada y en forma de Oh, Señor, si a mi lado tú te encuentras hoy / tú serás como un amigo más, oh, señor danos la paz? ¿o The sounds of silence [los sonidos del silencio] de Simon & Garfunkel convertido en el Padre Nuestro tú que estás en los que aman la verdad y entonado con las manos cogidas?. Casi sin proponérselo, la Iglesia encontró de esa manera un reclamo perfecto para que muchos jóvenes y no tan jóvenes cumplieran con la misa dominical a grito pelado como un aleluya. La unión bendecida hacía la fuerza divina.

Hace ahora 23 años, los entonces de moda compositores de color Lionel Richie y Michael Jackson se sacaron de la chistera el We are the wolrd [somos el mundo] como llamada de atención al planeta sobre las necesidades alimentarias que estaban pasando en Etiopía y, a la par, recaudar fondos que mitigaran esa hambruna. La iniciativa propiciada por ese trovador contra los problemas del tercer mundo, el cantante británico Bod Geldof, sirvió para que los también cantantes americanos y los de la tierra de Isabel II, estos últimos con su Band Aid [banda de ayuda] e interpretando Do they Know it,s christmas? para la ocasión, dejaran bien claro que la unión melódica hace la fuerza para recaudar fondos. La iniciativa concluyó con un epílogo en forma de macrofestival denominado Live Aid [ayuda en directo], celebrado en londres y Filadelfia y en el que se sucedían las actuaciones de los números uno del pop-rock mundial. Volvían a demostrar más que nunca que la unión en el escenario hace la fuerza, en este caso, para mitigar problemas económicos.

En estos tiempos que corren y como si se hubieran aprendido al dedillo la lección de que la unión de la calidad hace la fuerza del incremento de ventas, los cinco consejos reguladores de las denominaciones de origen cordobesas –los aceiteros de Baena, Priego de Córdoba y Montoro Adamuz, el vitivinícola de Montilla-Moriles y el del jamón de Los Pedroches– han decidido iniciar con fe casi divina la promoción de sus productos cogidos de la mano y del timón de la Diputación. Entonando el “este puede ser el principio de una gran amistad”, su particular Live Aid no lo comenzarán en Casablanca sino en Barcelona y en el que está considerado el escenario internacional más importante del mundo de la alimentación, Alimentaria 2008.

¿Por qué no darle la vuelta a la tortilla?. Juntos como hermanos, miembros de una Denominación / vamos caminando al encuentro del señor comercializador o Tú has mirado mi aceite / sonriendo has leído la etiqueta... Siguiendo los mandamientos de la Ley Mercantil, los consejos reguladores se han embarcado en su propio We are the world de la Córdoba Patrimonio de la Calidad –eslogan con el que llegarán a tierras catalanas– y con productos que resucitarían hasta a los muertos [Elvis Presley, John Lennon, Freddie Mercury....]