Belén cuelga el cartel de no hay billetes
Jornada de entusiasmo para niños y adultos
La primera de las cinco funciones del Auto Sacramental de los Reyes Magos 2018 -que ponen en escena los vecinos del municipio pedrocheño de El Viso- consigue un lleno absoluto
Anoche, cuatro años después de la última representación -como manda la tradición desde la pasada década de los 80, ya que antes se representaba cada siete años-, los Reyes Magos, entre el intenso frío, volvieron a adorar al Mesías en la plaza de la Constitución de El Viso, una plaza que hasta el próximo domingo 7 será Belén de Judea más de 2.000 años después y donde María -a quien da vida Marina Moreno- y José -encarnado por Javier Sánchez- volvieron a buscar posada no sin dificultades para alumbrar a Jesús -bebé interpretado por Cayetano Lucas y Samuel López-.
El recinto de la localidad de Los Pedroches revivió una de las tradiciones centenarias de la comarca -cuya primera representación data del siglo XIX- y se convirtió de nuevo en un trasiego constante de caballos briosos, pastores, soldados romanos de fiero gesto, niños y mayores. Por encima de ellos, sin embargo, sobresalieron las figuras de Jesús, José y María, los Magos de Oriente -encarnados por Alfonso Ramírez, Ángel Serrano y Rafael Moyano-, con sus ropajes de lujoso oropel, y el Rey Herodes -a quien da vida Manuel Antonio Ruiz López-, malvado, cruel y temeroso. En resumen, una cita -que ha necesitado de cuatro meses y medio de ensayos dirigidos por José Rafael López- en la que convivieron durante unas dos horas la historia, el folclore musical de la zona, los grandes decorados, el fervor popular, los bailes típicos y un texto teatral ameno -que los viseños se saben casi de memoria- escrito por el sacerdote Gaspar Fernández de Ávila (1735-1809) a finales del siglo XVIII. Y todo ello tras colgar el cartel de no hay billetes. Con un lleno absoluto, anoche se volvió a demostrar, como defiende el alcalde de El Viso, Juan Díaz, que el Auto Sacramental de los Reyes Magos es "una fiesta, una celebración y un rito en el que todo el pueblo, actores y espectadores, se sienten protagonistas".
La representación comienza con una voz en off: "Escuchad pueblos de la Tierra mi voz, la voz de Isaías, el profeta del Señor. Brotará una vara del tronco de Jesé y retoñará de sus raíces un vástago, sobre el que reposará el Espíritu de Dios. Cantad al Señor que hace cosas grandes, que lo sepa la Tierra toda". Esa voz en off profética es la del narrador, Rafael Carlos LLergo, quien lleva tres décadas participando en el auto sacramental. Su primera intervención en el mismo fue encarnando el papel de San José y a partir de ese momento pasó al otro lado de la representación, ya que la tradición manda que ningún viseño repita en el escenario.
Un auto que se representa en un amplio espacio con varios escenarios (las posadas, el palacio de Herodes o el Portal de Belén) y que continúa con la escena de la Anunciación, para proseguir con la entrada de María y José en Belén, donde ni vecinos ni posaderos están dispuestos a cobijar a la familia. Quizás por eso el Niño Jesús no paró de llorar desde que hizo su aparición en el pequeño portal. Sus llantos se oían en la lejanía, envolviendo los diálogos de pastorcillos, que llenaron el ambiente de momentos de picaresca impregnados de sana alegría, música y baile. Momentos como los protagonizados por Jacobo -a quien da vida Fidel García-, Isacio -a quien su DNI delata como Manuel Peralbo- y Jusepe -encarnado por Emilio José Silveria-, que para calmar el frío comían y bebían. Jusepe, quien con otra pastora como él, Rebeca [a quien da vida Teresa López], descubre la llegada de los Reyes Magos, llegó incluso a llamar "pajarraco encarnao" al ángel que se acerca hasta ellos para anunciarles que el Mesías ha nacido. Mientras la ira del rey Herodes inunda uno de los escenarios, los Magos se disponen a cumplir con los evangelios. Desde el momento de la inclinación de sus cabezas ante Jesús y del abandono en el portal del oro, el incienso y la mirra a los pies del Niño, comenzará -tras la última representación del auto en la mediodía del próximo domingo 7- una cuenta atrás de cuatro años, después de los cuales el Mesías volverá, como manda la tradición, a nacer de nuevo en El Viso.
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