El último despropósito de Boris Johnson

Ni el Reino Unido ni la Unión Europea se pueden permitir una guerra comercial en unos momentos de grave crisis a causa de la pandemia del Covid

Boris Johnson desespera a Bruselas. Cuando la Unión Europea retoma las negociaciones con el Reino Unido para establecer una zona de libre mercado, el primer ministro británico amenaza con aprobar una ley en el Parlamento que dinamita cualquier acuerdo. Treinta diputados conservadores y dos ex primeros ministros -Tony Blair y John Major- se han alzado contra una reforma que supondría el incumplimiento de los acuerdos del Brexit. Si antes del 31 de diciembre de este año el Reino Unido y Bruselas no pactan un tratado de libre comercio entre ambos, las relaciones vendrían marcadas por la Organización Común de Mercado y los aranceles subirían. Pero además entraría en vigor un protocolo del Brexit por el que Irlanda del Norte se mantendría dentro del mercado único europeo. Esta salvaguarda intenta que no se levante una nueva frontera entre las dos Irlandas, tal como se negoció en los acuerdos que pusieron fin al IRA. Boris Johnson sostiene que si Irlanda del Norte sigue en esta unión aduanera se establecerá una frontera en el Mar de Irlanda con el resto del Reino Unido. Sostiene, por ejemplo, que Londres no podría enviar alimentos a Irlanda del Norte, lo que no deja de ser un despropósito más del premier británico. Lo que debe hacer es negociar con Bruselas para establecer una gran zona común. Lejos de eso, lo que va a hacer es enviar una ley de mercado interior (Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte) que rompe con el protocolo del Brexit. A todas luces sería una reforma ilegal, como su propio ministro para Irlanda del Norte ha admitido en la Cámara de los Comunes. Una de las partes no se puede descomprometer de ese modo de un tratado internacional, un hecho tan grave que socavaría la credibilidad del Reino Unido en el escenario internacional. Acostumbrados a los modos bravucones de Johnson, es posible que esta iniciativa de ley sea un órdago más para ganar más peso en la negociación. O no. Desde luego, lo que no puede permitirse el Reino Unido ni la Unión Europea es una guerra comercial en medio de la recesión económica que está provocando la pandemia del Covid.

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