Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Tentetieso
UNO mira las fotos tomadas ayer en la inauguración de la Ronda de Poniente y ve muchas caras conocidas. Son los delegados de la Junta, los de la Diputación, los asesores... En un segundo plano están los técnicos que han velado por el desarrollo de una obra que merece el aplauso de la ciudadanía dada su enorme complejidad y el ingenio que le han tenido que echar algunos para meter túneles por debajo de donde antaño habitaron romanos y árabes. La verdad es que ha quedado muy bien y el resultado parece haber recibido el beneplácito del pueblo. Bueno, del pueblo y, como no, de toda la extensa cohorte que, como decía, siempre aparece en las visitas del máximo representante de la Junta de Andalucía. Para los integrantes del particular séquito del presidente, darle la mano a Chaves es un privilegio. Es como decirle: "Oye Manuel, cuenta conmigo muchos años". Como mínimo, piensan luego, "tantos como sigas tú al frente de la nave".
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