Confabulario
Manuel Gregorio González
Lo mollar
La ciudad y los días
Su derrota ha aconsejado a Sánchez anticipar las elecciones al 23 de julio. Es su derrota porque no se ha votado contra los candidatos socialistas, sino sobre todo contra él, sus políticas y sus alianzas. Ni tan siquiera han servido los avisos del “peligro” que representa que el PP gobernará con el apoyo de Vox. La amenaza de una derecha democrática cada vez más radicalizada al verse obligada a pactar con la extrema derecha quedó atenuada por la realidad de una izquierda socialdemócrata cada vez más radicalizada al gobernar la nación con la extrema izquierda apoyándose en Bildu y ERC. Tal para cual, han debido pensar muchos ciudadanos pese a que desde el PSOE y sus medios afines nunca se llame extrema izquierda a Unidas Podemos y siempre se califique de extrema derecha a Vox.
Adelantando las elecciones Sánchez intentará a la desesperada, consumados en este tiempo los pactos entre PP y Vox, agitar la alarma antifascista para concentrar el voto de la izquierda. Podemos y la nueva izquierda de Yolanda Díaz se han desplomado en mayor medida que el PSOE –empeorando sus resultados en todas las comunidades y los principales ayuntamientos, quedando fuera en Madrid y Valencia– lo que puede animar a concentrar el voto en los socialistas para evitar que en el Gobierno de la nación se reproduzca lo que sucederá en las seis comunidades en las que el PP ha ganado, pero depende del apoyo de Vox para gobernar. Y en muchos ayuntamientos, con Valencia y Sevilla en cabeza: solo en cinco ciudades el PP ha obtenido mayoría absoluta, pero con el apoyo de Vox gobernará todas las grandes ciudades menos Barcelona.
Sánchez busca maximizar el efecto Vox, minimizar el efecto Bildu, tan crecido, evitar el desgaste tras tantos escándalos, aprovechar el desplome de Podemos y beneficiarse de la presidencia de la UE. Lo dejó claro ayer al unir las “nuevas mayorías conformadas por el PP y por Vox” y que “nuestro país se dispone a desempeñar una responsabilidad muy importante” en la Unión Europea. Dado que nunca se han convocado elecciones en fechas tan veraniegas –los únicos precedentes son las del 22 de junio en 1986 y el 26 de junio en 2016– es difícil saber qué efecto tendrá la convocatoria en período vacacional: en 1986 ganó el PSOE de González y en 2016 el PP de Rajoy, obteniendo el PSOE de Sánchez su peor resultado en la actual democracia. Ya se verá si sirve lo de que viene el coco PP-Vox.
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