Entre leones
Alberto Grimaldi
Estado fallido, no; Gobierno indolente
La colmena
Lo de los globos parece un atrezzo de opereta barata, muy de carnaval, y lo del secuestro se ha quedado en un escalón inferior: como no hubo petición de rescate, no le dio tiempo o no estaba en sus planes, Pedro G. se enfrentará a entre cuatro y seis años de prisión por detención ilegal. De momento, el novio de la alcaldesa de Maracena, el empresario malagueño que nos acaba de recordar que "todo es posible en Granada" como cantaba en los 80 Manolo Escobar, ha cambiado su precario negocio de complementos festivos por la cárcel de Albolote. Eso sí, después de ocupar titulares y tertulias televisivas a nivel nacional y pasar casi 70 horas en la comandancia de la Guardia Civil.
Como hay secreto de sumario, como el detenido no está obligado a declarar en su contra ni a decir la verdad, como ya en el minuto 1 se nos presenta afectado por un cuadro de ansiedad y depresión… Lo que tenemos es una historia incompleta con varios agujeros negros que basculan entre las páginas de sucesos (ojo con diluir responsabilidades alegando problemas de salud mental) y la siempre escurridiza sección de política (ojo también con el oportunismo a tres meses del 28-M).
No nos perdamos en los detalles escabrosos: lo que ocurrió el pasado martes en uno de los municipios más prósperos del Cinturón de Granada es realmente grave. Y lo es por el vacío que supone pensar en cualquier otro desenlace. Porque, afortunadamente, Vanessa Romero, la concejal secuestrada, lo ha podido contar. Fue una chapuza de secuestro pero fue. Con bridas, mordaza, capucha y cuchillo de carnicero. Esa es una vertiente del caso. La otra tiene que ver con la política, con la documentación que llevaba la edil y con el recorrido que pueda tener: se habla de la licencia de una gasolinera y de un clásico de la corrupción municipal, el urbanismo. Y ya hay quienes se preguntan hasta dónde puede llegar el hilo: si Noel López, el exalcalde de Maracena que se convirtió en mano derecha de Juan Espadas, sigue moviendo los hilos del pueblo. Si quitó a Vanessa y puso a Berta (su prima) para no perder el control.
En el PSOE regional no han tardado ni medio minuto en asegurar que están "muy tranquilos". Bien. No hay denuncias (de momento) y está por ver es si estamos ante el insólito caso del secuestrador de los globos o hay algo más. En todo caso, el "muy" lo quitaría. Sobre todo cuando hay miembros de la corporación que que dicen "saber cosas" y que no hablan por "temor a represalias".
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