La sanidad: una enferma muy difícil de tratar

19 de octubre 2025 - 03:11

De la manera más cruda, la crisis de los cribados le ha recordado a Juanma Moreno que es mortal. “Ya no te puedes arrepentir”, le vino a decir a Antonio Sanz cuando juró como consejero de Salud. El jerezano no sabe más que sus predecesores, pero apagando incendios es un experto y a eso se ha agarrado Moreno para depositar su futuro en sus manos. El presidente reconoce que se han visto superados por unos errores que han dejado a la vista un problema estructural que no solo se resuelve con dinero. Algo se está haciendo muy mal cuando sigue la fuga de batas blancas pese a que el presupuesto no para de crecer.

La sensación de que la sanidad privada funciona mejor que la pública no solo parece una ilusión óptica. Para empezar, porque en la privada cuando algo va mal se cambia, y si alguien no rinde no se le suele prorrogar el contrato. Si sus gestores le sacan partido y hacen que parezca sencillo, seguro que también es posible que la pública recupere su autoestima. Lógicamente la falta de motivación de algunos profesionales no es culpa suya, es responsabilidad de los gobernantes y de nadie más. Como sugirió José Mujica en su día, su obligación es aumentar el compromiso de los trabajadores públicos huyendo del clientelismo, exigiéndoles un esfuerzo y recompensando a los que más se impliquen. Que se valore a todos por igual, solo les invita a dejarse llevar. Algo parecido a esto último han hecho nuestros políticos con la sanidad hasta que un error letal con los cribados les ha obligado a repensar todo el sistema. Los profesionales coinciden en que con mejores sueldos y cumpliendo los horarios a rajatabla las cosas irían mucho mejor. Aunque cabría añadir que la administración sanitaria aún ha de dar un salto digital para adaptarse a los nuevos tiempos. Lo complicado al parecer es aplicar este tratamiento. Y de poco sirve aumentar los recursos si no se recuerda a los usuarios que nada es gratis y que hemos creado entre todos una demanda infinita imposible de atender. Seguro que Sanz ya ha aprendido la teoría de memoria. Ahora solo necesita buena mano para cambiar las cosas, con ayuda de los mejores. Como dijo Chaplin, la vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Y menos cuando lo que está en juego es la salud de todos. Solo queda confiar en que se suba el listón, lo que no es muy difícil, por desgracia, tal y como están las cosas.

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