Cómo explicar? Suena una canción, nos asalta un aroma, una especia escondida que reconocemos en el fondo de un plato, llegamos a un sitio que nos resulta extrañamente familiar. Nos encontramos ante una sensación que no podemos explicar o que si tratamos de hacerlo desvirtuaremos su esencia puesto que son absolutamente dependientes de nuestra subjetividad. ¿Conocen los qualias? Los qualias son las cualidades subjetivas de las experiencias individuales.

Conllevan un vacío explicativo porque hay algo de epifanía en ellos. Deben ser subjetivos, inefables, intrínsecos, privados… Suena una canción y se despierta en nosotros una sensación. No sabemos explicarla muy bien. Es reconocible, pero inexplicable. No se trata exactamente de un recuerdo, no. No es tan concreto, o sí, pero exclusivamente para nosotros. Sólo nosotros seremos capaces de percibirlo tal cual es y tendremos todas las dificultades del mundo si queremos trasmitirle a un interlocutor lo que sentimos. De hecho, porque probablemente somos conscientes de eso, no tratamos de hacerlo. Pasemos a un ejemplo fallido.

Hace una semana decidí salir a correr por un paseo marítimo. La tarde caía. El cielo era ya suficientemente rosa y el sol se deshacía en el agua. En un paso de cebra decidí cambiar la lista de reproducción dando paso a Kool&theGang. La gente a mi alrededor empezó a sonreír. Imposible que escuchasen la música. Los colores como en una ola empezaron a cambiar. Los rosas eran más rosas, los azules, más azules. Camisetas de los Lakers, gente patinando, calcetines deportivos hasta la rodilla. Muchos de ellos tomaban helado. Estaba rodeado de tanta gente que no podía correr. Avanzaba medio bailando, medio caminando. Miré a mi costado. Desde otra acera Lionel Richie me decía que siguiese así, que no corriese, que bailase. Abrí un chicle que no sabía de dónde había salido, de sabor a fresa deliciosamente artificial, dulce, muy dulce, sin ese horrible punto de acidez que se pondría de moda una década después. Me adelantó un Chrysler 150 anaranjado que conducía mi padre, con mi madre al lado y los cuatro hermanos riéndonos en los asientos traseros. Algo me decía que si retomaba el ritmo de carrera y continuaba hasta el horizonte podría tomar un refresco de burbujas con el vocalista de Earth, Wind and Fire.

Todo esto ocurrió muy rápido, apenas en una décima de segundo. Quizá solo se tratase de un impulso innato del cerebro para reducir la sobrecarga, olvidar por un instante las tablas de Excel y Numbers. Aun así y pensando en lo que viene ¿Cómo explicar la rojez del rojo? Es tan subjetivo…

https://www.youtube.com/watch?v=GNt-jEsq_8w

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