Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
La salida dada por Juanma Moreno a la crisis en la Consejería de Salud deja ver que el presidente ha considerado que se enfrentaba a un problema político, más que de organización y gestión de los recursos que maneja el Servicio Andaluz de Salud. Ha colocado al frente del departamento a un consejero especializado en apagar fuegos allá donde se producen y del que se supone que es tan capaz de enfrentarse a la oleada de incendios forestales de cada verano o las inundaciones de cada otoño con una mano, mientras con la otra conjura ataques de ciberpiratas contra Andalucía o prepara a la región frente al riesgo de un nuevo apagón.
Quizás no se equivoque del todo el presidente. Está a punto de concluir una legislatura que ha transcurrido sin otros sobresaltos que los que han ocasionado los problemas de calidad en la sanidad pública, no ha tenido que hacer frente a muchos más reproches de la oposición que a la eterna cantinela de que se la estaba privatizando para ponerla en manos de amiguetes. Al margen de tener que atender a estos frentes, que tampoco le han supuesto un desgaste mayor, Moreno ha tenido tiempo de sobra para cultivar la imagen de moderación y centrismo que es su mayor patrimonio político. Este cultivo intensivo, unido al hecho de que la oposición socialista está hecha unos zorros y de que Vox tiene cualquier cosa menos un discurso, hacía que se las prometiera muy felices.
De pronto, de la noche a la mañana, llegó la crisis de los cribados de cáncer y el panorama cambió. Tuvo que ponerse a gestionar un asunto de enorme repercusión social, en el que se había metido la pata hasta el fondo y que tenía muy difícil salida. Se volvió a demostrar, como el mismo Moreno ha tenido que reconocer, que en la gestión sanitaria llevan siete años sin terminar de acertar. Con las elecciones asomando ya en el horizonte el puente de mando del Palacio de San Telmo ha considerado que no era el momento de hacer experimentos y que había que montar una operación política y propagandística para minimizar daños y dar la impresión de que se había tomado la iniciativa con medidas contundentes. Es justo lo que se ha hecho. Pero por ahora es lo único que se ha hecho. El problema es justo el que era y las medidas para resolverlos, entre ellas la contratación de más profesionales, siguen estando solo en el papel.
También te puede interesar
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
La nueva España flemática
La ciudad y los días
Carlos Colón
Montero, Sánchez y el “vecino” Ábalos
El mundo de ayer
Rafael Castaño
El grano