El planeta Córdoba

AL igual que seguramente muchos de ustedes, recibí hace unos días una imagen en mi teléfono móvil en el que se veía un pequeñísimo planeta entre la Tierra y el Sol (aunque más cerca de la bola de fuego) cuyo nombre era Córdoba. Sin duda alguna se trataba de una broma, de una forma de escenificar los duros días de calor que hemos pasado en esta ciudad, con temperaturas que rozaron los 43 grados y sin olvidar que la medición oficial se realiza en el aeropuerto de Córdoba (por fin sirve para algo) y que en la ciudad se dice que allí se miden al menos dos grados centígrados menos que en la plaza de las Tendillas. En cualquier caso, ese montaje que elevaba a Córdoba a la categoría de planeta cerca del Sol me hizo reflexionar sobre si, efectivamente, en ocasiones vivimos en nuestro propio astro, como apartados del mundanal ruido.

Ejemplos tenemos ello y esta misma semana hemos sido testigos de algunos más. El primero, el manoseado asunto del centro de recepción de visitantes de la Puerta del Puente. Alguien dijo recientemente que no quería que el tema se convirtiera en el culebrón del verano, pero mucho me temo que estaba equivocado, porque huele a polémica cansina. Así, el Ayuntamiento se cansó de esperar y el pasado viernes decidió cortar por lo sano y formalizar la devolución del edificio a la Consejería de Fomento. Hasta hubo bromas en Capitulares sobre quién debería presentarse en la sede de la Administración autonómica con las llaves en la mano y decir aquello de "ahí les dejo eso". La situación podría parecer hasta graciosa si no fuera por la gravedad de que dos administraciones no les da la gana de entenderse y parece no importarles los millones de euros que se han invertido en ese edificio, que parece que nadie quiere.

En el planeta futbolístico, parece que también estamos en otra galaxia. Me explico. El viernes terminó el plazo para la renovación de los abonos a quienes ya eran socios del CCF, flamante nuevo equipo de la Primera División, y que el lunes comenzaría la venta libre de pases para los nuevos abonados. Pues bien parece que en la directiva del club pensaron que el sábado era un buen día para vender y decidieron adelantar la apertura de las taquillas. Pues bien, ese anuncio desató la locura y primero unos pocos y luego hasta varios miles decidieron pasar toda la madrugada a las puertas de El Arcángel para poder escoger ese abono más económico o en el lugar deseado. Nadie reparó tal vez que el CCF es de Primera, de una de las ligas más importantes del mundo y que esta ciudad lleva 42 años sin ver jugar a su equipo a ese nivel, con lo que toda decisión del calado de anticipar la venta de carnés para la temporada que viene acarreara que la afición se movilice en masa.

Así somos a veces en esta Córdoba nuestra, donde no somos conscientes ni de lo que valemos ni de lo que representamos en el exterior. No diría un servidor que somos de otro planeta, pero a veces lo parecemos. De extraterrestres, hablaremos otro día.