El título ya me parece una genialidad. La estructura, otra. Juguemos a convertir un poemario en una sinfonía; preludio, movimientos, variaciones y coda. Demos un sentido a esa estructura. Introduzcamos cada poema con una cita escondida de compositores clásicos. Nacho Montoto, Nacho, dedicó largas noches a jugar con palabras, escalas, imágenes y sentimientos. Un proceso pausado, largamente meditado en su elaboración. Un ejercicio de consecuencia, valentía, dolor y belleza. Una forma nada frívola de bailar con la poesía. El boceto en el que comenzó trabajando y cuyo título encontró sentido enunciando algunos movimientos, fue creciendo hasta convertirse en este torrente que acaba de llegar a las librerías, publicado por Espasa Calpe.

Como comprenderán no voy a hacer una sesuda crítica del libro de mi amigo. En su día ya les confesé que mi relación con Nacho siempre fue extremadamente sincera. Hablásemos de lo que hablásemos. También cuando hablábamos de literatura. También cuando hablábamos de la suya. Recuerdo alguna noche en la que nos atizamos un par de cariñosos jabs. Ambos encajábamos con deportividad. Los del atleti tenemos eso. Un día de noviembre, un buen puñado de amigos recibimos un correo. Con toda amabilidad compartía su orquesta y pedía opinión. Comencé a leer, y en el primer poema me di cuenta de que estaba ante algo muy serio. Mirándolo con perspectiva, La orquesta revolucionaria es la forma más elegante que se me ocurre de devolver aquellas pullas en forma de bofetón poético. Así era él, elegante y no pasaba una.

A lo largo del último año he realizado diferentes lecturas. Cuando nos dijo hasta luego. Cuando hicimos una selección para Cosmopoética maridando poemas con piezas de los maestros citados. La última fue el martes, en cuanto recibí la llamada de la librería. Será la consabida erótica del papel, su solemnidad, su carácter definitivo… sabe distinto. Invita a otra intimidad que les invito a compartir. Si como describe Agustín Fernández Mayo en su excelente prólogo, "la poesía puede agruparse en dos grandes líneas: la que tiende a comunicarnos cómo es el mundo -poesía que solemos llamar realista- y la que tiende al entendimiento del mundo -y que acostumbra a ser más abstracta-. La virtud de La orquesta revolucionaria es que no renuncia ni a una cosa ni a otra". Nacho nos dejó este regalo. El día 29 lo presentaremos en MODO. Están invitados. Como remata en su poema Cuestión de tiempo: "Es tarde para bajar la vista. Es temprano para bajar la voz". El oboe ha dado el la. La orquesta está afinada. Los boletos en sus librerías. Disfruten del concierto.

https://www.youtube.com/watch?v=hDYNkas2z88

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