sALVADOR GIMÉNEZ

Las novilladas, clave para un futuro incierto

Por el futuro de la fiesta, las novilladas tienen que formar parte de una feria cuya historia las justifica de pleno, pero Córdoba ha dado en los últimos años poco campo a los que empiezan

POCO se sabe de los próximos carteles de la Feria de Córdoba. Poco más de dos meses para que Los Califas celebre su tradicional ciclo, y poco se conoce de posibles combinaciones. No hay duda de que la empresa se encuentra trabajando en la elaboración de las mismas, si no fuese así sería lamentable la desidia, pero lo cierto es que la cada vez más menguada y sufrida afición cordobesa comienza a impacientarse.

Hasta ahora nada ha trascendido, solo un rumor que comienza a consolidarse como leyenda urbana, eso sí, con poco fundamento: que el idolatrado mesías José Tomás volverá a partir plaza en Los Califas, con todo lo que ello atraería para llenar sus tendidos, tanto de nativos como de foráneos. Pero esto no deja de ser un sueño por el momento, pues el de Galapagar, salvo su reaparición en Jerez, no ha dicho qué más lugares tendrán el privilegio de verlo pisar sus respectivas arenas.

Pero con Tomás o sin Tomás, la feria es seguro que tiene que celebrarse, y es por ello por lo que se ansía conocer pronto lo que los que regentan el coso tienen previsto ofrecer para que Córdoba remonte el vuelo. Es cierto que la actuación de José Tomás supondría colocar a Córdoba en el punto de mira del toreo durante un tiempo, pero hay que pensar que el mediático ídolo no es la panacea para sacar una plaza que está sumida, un largo periodo ya, en el ostracismo.

Ante la falta de posibles combinaciones, no queda más que conformarse con el ya tradicional festival benéfico a favor de la Asociación Española Contra el Cáncer y los festejos mayores que están anunciados, gracias a la gestión de una empresa que viene empujando fuerte como es Campo Bravo, en plazas de la provincia. Lo demás, por el momento, no serán más que utopías y rumores sin fundamento en los fríos mármoles de los mostradores de nuestras tabernas más castizas.

Si José Tomás es el sueño de mayo para muchos, otros andan con la mosca tras la oreja y no por Tomás, sino por la posible falta de festejos menores en la exigua programación ferial. El año pasado la empresa tuvo a bien incluir una novillada con picadores en el ciclo, pero este año flota en el aire la siguiente pregunta: ¿habrá novilladas con o sin en la feria?

La respuesta es difícil, pues si en las ferias de plazas de solera es norma incluir alguna, Córdoba se ha caracterizado en los últimos años por dar poco campo a los que empiezan. En los últimos años las novilladas sin picadores, dos en la feria, eran escaparate para alumnos de la Escuela Taurina del Círculo Taurino de Córdoba, así como compromisos de las empresas de turno, llegando incluso a realizar el paseíllo novilleritos de fuera, incluso del otro lado del Atlántico, sin otro aval que el compromiso con el empresario de turno. Con esos festejos menores, que tradicionalmente se celebraban fuera de la feria, se cubría el expediente e incluso eran excusa para justificar la no inclusión de novilladas con picadores, lo que a la postre sirvió para que Córdoba no viese novilleros que hoy día se han convertido en espadas emergentes en el escalafón superior.

Con esos espadas ya alternativados y otros próximos a hacerlo, queda la incógnita de saber qué pasara este año con los novilleros en Los Califas. Uno de ellos, paisano para más señas y apodado Lagartijo, se ganó la repetición en el albero. Por lo pronto se ha visto excluido del festival benéfico a celebrar en breve. Otros, caso de Rafael Reyes, que espera el debut, o Israel de Córdoba, que también desorejó un novillo el día en que Benítez se despidió, también sueñan con el momento de torear en su tierra.

Y luego están los que quieren ser, o sea, los que aún andan toreando erales en novilladas sin caballos, con ilusión y con ganas de ser toreros, como pueden ser El Rubio, Romero Campos, Carlos Jordán o la prometedora Rocío Romero.

Por esto, por Córdoba y por el futuro de la fiesta, las novilladas tienen que formar parte de una feria cuya historia las justifica de pleno. A la empresa se le presume profesionalidad y sensibilidad con la tauromaquia, ahora solo cabe que sea consecuente con el momento y lo plasme en los carteles para gusto de la afición y de todos los que sueñan formar parte del toreo en el futuro.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios