Netanyahu, el peor enemigo de Israel

La ciudad y los días

20 de mayo 2025 - 03:07

El prestigioso abogado Reed Brody, avalado por su larga trayectoria en la lucha por los derechos humanos y la denuncia de dictaduras, ha dicho: “Israel y Trump están generando antisemitismo” (El País). Nadie menos sospechoso que él, no solo por su trayectoria profesional, también como hijo de un judío húngaro que sobrevivió a su internamiento en campos nazis, de utilizar la tragedia de Gaza como excusa para soplar sobre las brasas nunca apagadas del antisemitismo. Consciente de ello, en la misma entrevista en Democracy Now!en la que afirmaba “no creo que podamos invocar el Holocausto, ni lo que les ocurrió a nuestros padres, para permitir que Israel cometa hoy crímenes de guerra”, también advertía: “Soy consciente de la prevalencia del antisemitismo y de lo cuidadosos que tenemos que ser para no permitir que las críticas a Israel se conviertan en antisemitismo”.

Como afirma la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto, es antisemitismo reclamar la desaparición de Israel o responsabilizar a los judíos colectivamente por las acciones de ese Estado, pero “las críticas contra Israel similares a las dirigidas contra cualquier otro país no pueden considerarse antisemitismo”. Urge separar antisemitismo y crítica a Netanyahu y el actual Gobierno de Israel (tan fuertemente criticado desde fuera por muchos judíos de todo el mundo que claman “no en nuestro nombre” y desde dentro por muchos ciudadanos y los más destacados intelectuales israelíes, con Amos Oz, A. B. Yehoshúa o David Grossman al frente).

Por ello creo que sería más exacto decir que Netanyahu (no Israel) “alienta” (anima, da vigor) en vez de “genera” (produce o causa) el antisemitismo. Porque la actual ola de antisemitismo disfrazado de antiyanquisionismo de izquierdas ha sido alentada, pero no causada, por los crímenes de guerra (no genocidio) que el Gobierno de Netanyahu está cometiendo en Gaza como respuesta desproporcionada y torpe al ataque terrorista de Hamas el 7 de octubre de 2023, el más terrorífico sufrido por Israel: 1.400 víctimas y 252 secuestrados. Desproporcionada porque ha causado 60.000 víctimas y provocado una crisis humanitaria. Torpe porque después de año y medio no ha logrado acabar con Hamas ni liberar a los secuestrados, y sí dar pretextos poderosos al antisemitismo y los enemigos de Israel. Desde que existe, nadie le ha hecho más daño que Netanyahu y su Gobierno.

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