SER líder en cualquier categoría cuando ya han transcurrido un buen número de partidos no es casual. El del Córdoba es incuestionable porque en este primer tramo de la competicion nadie ha demostrado ser mejor, admitiendo los deméritos de los demás y siempre contando con la pizca de fortuna que hay que tener. Este equipo va en serio.

Hasta la fecha, ningún rival ha presentado credenciales para el momentáneo premio de mandar en la tabla. Decir que la plantilla que entrena Oltra es la mejor de la categoría tal vez no se ajuste a la realidad, pero sí podemos decir que lo está siendo en este arranque tras superar un titubeante inicio.

Los teóricos favoritos no terminan de dar sus mejores prestaciones y sólo el Zaragoza parece haber encontrado el nivel que, por presupuesto y plantilla, se le presupone. El Córdoba está arriba por méritos propios. Y algo estará haciendo bien para estar ahí. No sabemos lo que durará en esa posición, pero lo que sí es evidente es que tiene las mismas opciones que el resto. Y, si más adelante no aguantara el empuje de los que vienen desde atrás, pues que nos quiten lo bailao. Ser campeón es algo tan difícil que no está al alcance de todos. Puede que su fútbol no sea espectacular y que haya tres o cuatro equipos que jueguen mejor, pero es muy práctico y solidario en defensa, y vertical y contundente en ataque; es decir, resultadista.

No obstante, tal y como está el resto, en la pelea por el ascenso va a estar, salvo descalabro inesperado. El técnico, con buen criterio, dice que no hay que mirar ahora la clasificación y eso nos tranquiliza. ¿Por qué? Pues porque el que habla así es porque en su interior cree en sus posibilidades, pero intenta quitarle a sus jugadores una presión innecesaria. Es verdad que la clasificación que vale es la última, pero a ver quién nos quita ahora la ilusión de que el retorno es posible.