Mensaje en la botella

Lo que se juega Córdoba

El nuevo gobierno andaluz tiene un larga lista de tareas aún pendientes con Córdoba

Hoy es un día importante para Córdoba y Andalucía. Se juegan mucho. Y aunque la frase esté ya muy manida y es la que vienen utilizando día tras día las candidatas y candidatos al Parlamento autonómico, no debe hacernos caer en la apatía o en restarle importancia a su verdadero significado. Cierto es que hay agoreros que tratan de minusvalorar eso de acudir a las urnas y cuestionan el sistema simplemente por llevar la contraria o incluso por convencimiento, que de todo hay. Lo cierto es que el modelo que nos hemos dado para convivir, la democracia, adquiere mayor dimensión ese día -hoy- en el que los ciudadanos decidimos con nuestro voto a quién otorgamos la confianza para representarnos en el Parlamento, de donde saldrá el nuevo presidente de la Junta de Andalucía. Son 109 mujeres y hombres que aprobarán leyes durante los próximos años y que tienen la misión de defender los intereses de su circunscripción durante la legislatura. De ellos, 12 corresponden a la provincia de Córdoba y sus nombres los conocerems esta noche.

Nuestro derecho, y también nuestra obligación, es la de acudir a votar. Elegir libremente qué gobierno queremos y su línea ideológica, si bien a partir de ahí tendremos que exigirle no solo que cumpla con sus compromisos, sino que tenga la capacidad de sacar a esta tierra del furgón de cola en el que se encuentra en no pocos indicadores sociales y económicos. Córdoba no es una excepción y el nuevo Ejecutivo tiene por delante una larga de tarea de asuntos pendientes en la provincia. La primera, tratar de contrarrestar esos números que entidades como Cáritas han dado a conocer esta semana. Curiosamente, ningún partido político ha hecho mención a ellos, como tampoco lo hicieron con las estadísticas del informe Urban. La realidad es que la institución diocesana ha alertado de que la desigualdad sigue creciendo en Córdoba y que prueba de ello son las más de 35.000 personas a las que atendieron a lo largo del año pasado. La mayoría de ellas solicitaban alimentos o una ayuda para poder hacer frente a cuestiones tan básicas como el pago del alquiler o los costes energéticos. Otro apunte. La mayoría de las solicitantes son mujeres, de nacionalidad española, con escaso estudios y cargas familiares. Ahí lo dejo para el que quiera leer.

Pero más allá de esas necesidades, los andaluces tenemos la oportunidad de decidir por primera vez si se mantiene la alternancia al PSOE que surgió de la aritmética parlamentaria en los comicios de 2018 -y que permitió gobernar a PP y Cs- o volvemos al modelo que tuvimos de forma ininterrumpida durante 37 años. En nuestra manos está y, lo que decidamos, tendrá que valer para los próximos cuatro años. Votar, además, debe servir de ejemplo para esos jóvenes que por primera vez ejercen un derecho que no tuvieron generaciones anteriores. Nos jugamos el futuro, que no es poco.

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