La vuelta olímpica

Francisco / Merino

No es cuestión de fe

NO parece procedente a estas alguras de la película entrar en el debate sobre la fe, que como se sabe viene a ser creer ciegamente en lo que no se ve o no se puede comprobar. Y en El Arcángel, donde sólo se han presenciado dos triunfos en este curso, no se puede reclamar a la gente se vuelva loca de contenta. Si no lo ven, no lo creen. Por eso ahora hay miedo. Y dudas. Y presión. Y gritos en contra del entrenador, de los jugadores, del presidente y de cualquiera que se cruce vistiendo una chaqueta con el logo del CCF por delante de un aficionado ofuscado con toda la razón del mundo.

El equipo de Paco Jémez reclama cambios. Principalmente, como es obvio, de resultados. Pero no basta con decirlo, repetirlo hasta la saciedad, marcarse el propósito y tratar -sin ningún éxito, como es lógico- de que todos los sectores que componen el fútbol cordobés se alíen en una cruzada contra el destino como una sola voz. Si eso resulta imposible en tiempos de bonanza, imagínense ahora. El técnico debería olvidarse de sus referencias a los "francotiradores" -ayer lo hizo otra vez- y a los críticos que, con razón o sin ella, que cada cual lo juzgue, diagnostican los males de un equipo que anda encallado y en un momento preocupante. Bastante tiene con lo que tiene delante. En el Córdoba se han vivido situaciones del corte de la actual y mucho peores, por lo que parece más conveniente recurrir a la experiencia y buscar remedios más allá de reclamar tranquilidad cuando las circunstancias invitan a todo lo contrario. El equipo no tiene la pinta de irse a pique, pero debe invertir ya una tendencia peligrosa.

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