Esta frase es de M. Rajoy. No la dijo cuando conoció la sentencia principal del caso Gürtel, en cuyo fallo se incluyen fatídicas referencias que resquebrajan la tesis de defensa sostenida por el PP. Tampoco fue la frase de este lunes, cuando se conoció la sentencia en la Audiencia Nacional el caso de financiación irregular del PP en la Comunidad Valenciana, la rama de Gürtel en Valencia. Nadie oyó a M. Rajoy hacer esa exigencia cuando se hizo público el último escándalo, en el que el exministro de Eduardo Zaplana, que habría cobrado más de diez millones en comisiones por el amaño de contratos como presidente valenciano. Ni cuando el Tribunal Supremo avaló íntegramente la sentencia del TSJ Valenciano sobre el caso Fitur. Ni se escuchó al presidente del partido investigado soltar la frasecita de marras con los 1,2 millones de euros de la obra de la sede del PP que se pagaron con dinero negro. Ni nadie recuerda al ya ex presidente del gobierno gritar esa orden con el inicio de las operaciones Púnica y Lezo. Casos que incluyen, entre otras cosas, el supuesto desvío de un millón de euros públicos para financiar la campaña, en las elecciones autonómicas de 2011, del partido de la gaviota, ¿o era un charrán? O con el caso Brugal, o el caso Imelsa, o la Operación Taula, o la Operación Pokémon.

Tampoco oímos algo parecido con el caso Rato y el supuesto origen ilícito de su patrimonio o las tarjetas black. Ni con el exministro Jaume Matas, al que se le amontona el trabajo en las salas de justicia: Palma Arena y sus ramificaciones, el caso Nóos. Y continuó M. Rajoy en silencio cuando lo de Pedro Gómez de la Serna, el exembajador de España en la India Gustavo de Arístegui, o el caso Acuamed. El ya expresidente del Gobierno soltó este exabrupto ante la larga ovación de sus compañeros de partido cuando comunicaba que abandonaba la política. El episodio comenzó con un: "bueno, venga, venga, venga" haciendo gestos con las manos para que acabaran los aplausos. Pero sus colaboradores no le hacían caso. Y eso le ha llevado a soltar un: "Joder, que alguien pare esto, coño". Realmente deseo, por el bien de la democrática pluralidad política, que al PP le vaya bien en el proceso de desinfección integral que debe iniciar. Sé que hay gente honesta en el PP, con convicciones y con ganas de pedir disculpas a la ciudadanía, es su momento. Es el momento de exigir parar, pero no los aplausos aduladores, sino las prácticas corruptas.

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