La agonía cruel de una dictadura

25 de septiembre 2025 - 03:10

Los cinco fusilamientos con los que el franquismo culminó su cruel y trágico paso por la Historia de España, de los que esta semana se cumple el medio siglo, marcaron la agonía de un régimen que llevaba ya varios años herido de muerte. El declive senil del dictador iba acompasado al del propio sistema que había creado tras la cruenta guerra civil de 1936 y que había mantenido durante cuatro décadas gracias al apoyo sin fisuras de Estados Unidos, desde los acuerdos de 1953, y al contorsionismo ideológico que lo transmutó de estrecho aliado del fascismo y el nazismo en sólido bastión anticomunista muy del gusto de las potencias que diseñaron la Guerra Fría.

Aunque nadie, incluso en las propias filas del franquismo, daba un duro porque el régimen pudiera sobrevivir a su fundador, los estertores de la dictadura tienen fecha de inicio y hechos desencadenantes. A finales de 1973 se producen dos circunstancias sin conexión directa pero que van a sumar para que el sistema colapse dos años más tarde, al mismo tiempo que Franco moría. El primero es la crisis del petróleo que se desata en octubre de 1973, tras la guerra del Yom Kipur en Oriente Próximo, que arrasa con los últimos restos de la prosperidad creada por la política desarrollista que consagró el Plan de Estabilización de 1959. Ese desarrollo social y económico fue esencial para que España no siguiera el camino al fracaso de otras dictaduras europeas y latinoamericanas y resistiera con un apoyo social más o menos sólido.

El segundo hecho, quizás aún más significativo, fue el asesinato del presidente del Gobierno, almirante Carrero Blanco, el 22 de diciembre de ese año. Con Carrero moría la única posibilidad de que el franquismo, aunque modificado y adaptado, pudiera ir más allá de la vida de Franco. Para terminar de complicar las cosas, la camarilla que tenía secuestrado a Franco tras los muros de El Pardo, encabezada por su mujer, Carmen Polo, impuso como presidente a Carlos Arias Navarro, un político incapaz que se condujo como un pollo sin cabeza. Entre sus muchos errores el peor fue el de los fusilamientos del 27 de septiembre de 1975. Ese día el franquismo firmó su certificado de muerte, solo a la espera de que el dictador emprendiera, dos meses después, el viaje hacia la fosa del Valle de los Caídos.

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