El mundo de ayer
Rafael Castaño
Volver
El fuste
APARTE de dar la impresión de que el primer sorprendido por la crisis del Gobierno es su propio presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, el efecto sorpresa ha llegado a muchos sobre todo por la adjudicación de la cartera de Cultura a la cineasta Ángeles González-Sinde. Fue la noticia del día, sin lugar a dudas. Tanto a unos como a otros se les ha quedado la boca abierta por muchos motivos: porque no había justificación para remover del sillón a César Antonio Molina, porque nadie se lo esperaba y, sobre todo, por el perfil de la nueva ministra. Menos mal que Rodríguez Zapatero no se anduvo por las ramas y fue claro a la hora de justificar el premio concedido a la autora de La suerte dormida y señaló que se debía a actuar con contundencia contra el intercambio de contenidos en internet. Pero como la red de redes no es tonta y ahí cualquiera puede expresar su opinión, a los 29 minutos de hacerse público el nombramiento de la sucesora de Molina, ésta ya estaba bautizada por los internautas. Su llegada al Ejecutivo no ha caído nada de bien y eso se plasma en los comentarios que se pueden leer en las páginas de periódicos o en los múltiples confidenciales que hay. González-Sinde nos va a dar días de gloria, seguro. Con lo que tendrá que cargar a partir de ahora es con el apelativo que a los 29 minutos de su nombramiento le ha caído. Fue en Facebook y ahí no es la ministra de Cultura, sino "Ángeles González-Sindescargas".
También te puede interesar
El mundo de ayer
Rafael Castaño
Volver
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Igualdad no es igual da
La ciudad y los días
Carlos Colón
Muerte e información
¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Grandes palabras
Lo último