La Sevilla liberal

La realidad de Chaves Nogales se ha impuesto y no parece efecto pasajero de una moda

Esta vez la Sevilla liberal ha cumplido con uno de sus mejores hijos. Pero no por recluirlo en algún viejo panteón, sino por haber puesto su obra en todas las librerías del mundo. Por eso, merece la pena recordar los pasos de ese tránsito. Pasos lentos, pero seguros, dados por esa Sevilla liberal -que existió y existe- para convertir al olvidado "biógrafo de un torero" en uno de los más significativos escritores españoles de su siglo. Con aquellos pasos, hace más de treinta años, se inició uno de los fenómenos culturales más admirables vividos en la España de las últimas décadas. No hay mejor ejemplo de lo que suele llamarse justicia poética. Por tanto, es justo recordar a los que han prestado tal servicio. Conviene, una vez más, recordarles a los muchos lectores de Chaves Nogales, aquellas generosas entregas personales, cuando nadie sospechaba que su obra fuera a obtener tal repercusión. Abrió la senda sevillana de recuperación, el servicio de publicaciones de la Universidad, con un libro de juventud, La ciudad. Después, lo aguardaba una de las joyas profanas mejor concebidas del pasado siglo: Alberto Marina lo acogió en la Colección de Clásicos Sevillanos de la Fundación Luis Cernuda. Chaves llegó avalado, además, a esas cuidadas ediciones por años de trabajo de María Isabel Cintas. Por otra parte, Abelardo Linares, siempre atento a promover un merecido rescate, puso también entonces, como ahora, toda su perspicacia, olfato y diligencia, en abrir nuevos cauces a las olvidadas publicaciones de Chaves. Y, sorprendentemente, el mundo literario del exterior reaccionó consternado y lleno de extrañeza: no era posible. Desde el sur, una vez más, les tomaban el pelo. Tal escritor no había podido existir, sin que nadie, aparte de Andrés Trapiello, lo conociera. Pero la realidad de Chaves Nogales se ha impuesto y no parece efecto pasajero de una moda. Su obra, por motivos muy justificados, ha cobrado vida propia y vuela ya libre por el mundo. El periodista de El Liberal sevillano, que había abandonado su ensimismada ciudad para vivir y describir las más trágicas escenas de guerras, obtuvo como compensación un domino pleno de la escritura. Algo que solo logran los literatos que se adentran en el sufrimiento. Pero, en estos días, aún le aguardaba a Chaves otro signo de generosa acogida. Unas obras completas recopiladas con pasión y sabiduría por Ignacio Garmendia, último y generoso representante de la Sevilla liberal. Era una misión pendiente. A través de Ignacio, Sevilla rinde nuevo tributo a su más intrépido héroe en el mundo de las letras.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios