Esta semana se ha debatido algo sobre la segregación en algunas escuelas de España. En Navarra concretamente, escuelas que en su mayoría son privadas y más específicamente pertenecientes al Opus Dei han propuesto a las familias celebrar un referéndum entre padres para elegir de otro modo convertirse en colegios mixtos y de esta forma seguir cobrando los fondos públicos, o privatizarse, lo que les permitiría a los progenitores elegir sobre el sistema educativo de sus vástagos. La cuestión es si después de años de que fueran marginadas las chicas de la educación, e integradas con total normalidad al sistema educativo, la coeducación en las escuelas es más o menos favorable. Es decir, si prefieren que sus hijos estudien con niñas y sus hijas compartan las mismas aulas y patios de recreo con el sexo opuesto o que las escuelas sean de un único sexo. Como no quiero pensar que semejante decisión sea cuestión monetaria miremos qué ocurre, según algunos estudios realizados, en otros países. En España es legal que existan colegios segregados. Pero poco se ha publicado sobre los resultados académicos y sociales de los mismos. La Iglesia, en la encíclica Papa Pío XI Divinis Illius magistri advirtió con dureza que la coeducación promovía el pecado y la promiscuidad. En Arabia Saudí está prohibida. En ambos casos serían razones basadas en dispares ideologías religiosas.

La National Association for Choice in Education, argumentaron que, al madurar las criaturas a diferentes ritmos, al tener intereses y estilos de aprendizaje distintos y someterles a niños y niñas a una educación uniforme perjudicaba tanto a este como aquel. En Inglaterra varios estudios concluyeron que los mejores resultados académicos se lograban en escuelas unisex. En Berlín se recomendó la separación, pero solo para las clases de matemáticas y ciencias, al observar que las niñas se retraen a la hora de elegir este tipo de materias. Australia comprobó que los niños tenían mejores resultados en escuelas mixtas. La Corte Suprema de EEUU declaró constitucional la educación diferenciada. Y así hasta un sinfín de ejemplos donde todos tienen el denominador común de convivir en la disparidad de criterios. Lo que dijo la OCDE es que la educación diferenciada puede servir para solucionar estereotipos sexuales, pero, aunque se vea que niños convivan en las aulas para solucionar problemas de comportamientos sigue habiendo un machismo creciente entre las nuevas generaciones. Tanto en colegios públicos como en privados. En España y el resto de los países puede realizarse un debate, pero lejos de la decisión política.