Félix Ruiz / Cardador /

San Jerónimo

La vida vista

08 de septiembre 2014 - 01:00

SE anuncian para los próximos meses visitas guiadas a San Jerónimo de Valparaíso, ese convento magnífico que se avista en las primeras estribaciones de Sierra Morena, muy cerca de Medina Azahara y a escasos kilómetros de la capital. Visto desde lejos, este edificio del siglo XV impacta y visto más de cerca despierta un innegable interés en cualquiera que guste de la historia y le conmuevan esos lugares de retiro y religión que habitaron los monjes del ayer y que todavía guardan una espiritualidad singularísima, un silencio con sabor a cenobio, a claustro y a tiempo detenido. El canónigo y escritor Manuel Nieto Cumplido le dedicó a este convento un detallado trabajo hace ahora cuatro años bajo pedido del exministro Manuel Pimentel, que conoce bien la zona por cuestiones que no vienen al caso y que finalmente publicó el volumen en Almuzara, editorial de su propiedad. Para los que sentimos curiosidad por este convento tan perdido y llamativo, que comenzó a construirse en el siglo XV, aquel libro fue un hallazgo, pues en el se disponía de forma didáctica su origen, su arquitectura y su arte, la naturaleza que lo envuelve y su declive, que tuvo lugar a raíz del empuje desamortizador que cundió durante el XIX. Propiedad hoy pues no de la Iglesia sino del Marquesado del Mérito, que lo adquirió en 1912, el convento se mantiene por fortuna en buenas condiciones gracias a las reformas emprendidas en el último siglo y ahora se abre una oportunidad excepcional de visitarlo por medio del acuerdo alcanzado entre Medina Azahara, la UCO y la actual marquesa del Mérito. Se trata de pedirlo a través de un mail a partir del día 15 y esperar a que te den una cita fijada en uno de los días que se han habilitado para este asunto de aquí al mes de diciembre. No sé que misterio despierta esta joya conventual entre la cordobesía de hoy, pero en mi caso tengo claro que intentaré ser uno de los que dejen sus pasos en este siglo XXI por ese edificio religioso en el que durante cuatro centurias pasearon los viejos monjes sus fe y sus sueños de eternidad bajo el puro aire de nuestra hermosa Sierra. Mejor lugar no sé para alejarse al menos por un día de la turba del hoy, a la que siempre, eso sí, convendrá finalmente regresar.

stats