La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Pemán merece más que una carta floja

La misiva enviada para defender la placa es una muestra de debilidad frente a una pandilla de sectarios e ignorantes

El denominado Comisionado para la Concordia, que depende de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, se ha quedado corto, muy corto, con la carta enviada al concejalillo de Cádiz que ordenó la retirada de la placa que simplemente recuerda el nacimiento de José María Pemán. No tenemos el gusto de conocer al citado comisionado, señor Arroyo Navarro, que en la misiva se limita a recordar lo obvio: la placa sólo destacaba el nacimiento del poeta en la casa en cuestión. No había en ningún caso ninguna exaltación del franquismo, ni de la sublevación militar, ni ninguna suerte de apología del fascismo, ni otras porras fritas de ningún tipo. Pero el señor Arroyo no exige su reposición, sólo pide que se le fundamente bien la orden de retirada, porque entiende que no puede estar basada en los preceptos legales que impiden la exaltación de valores relacionados con el régimen franquista. ¡Menos rollo, Arroyo! Que Cádiz ya tiene bastante con soportar las mamarrachadas de un alcalde que nunca ha estado ni estará a la altura de la ciudad, un producto caduco de la España del 11-M que aprovechó la crisis económica para capitalizar el descontento popular y colarnos políticas de márquetin, para aguantar ahora misivas melifluas que ponen paños calientes que no sirven para absolutamente nada. Contra los sectarios como el alcalde de Cádiz y su panda conviene expresarse alto y claro, con toda la contundencia que permite el Derecho. La retirada de la placa es un acto inadmisible, propio de un gobierno ignorante, chulo, intolerante, manipulador y que una vez más juega con la carta de la supremacía moral de una izquierda que sabe que el centro-derecha está acomplejado. ¿Cuándo saldrán los altísimos cargos del Gobierno andaluz a defender a Pemán? ¿Quizás el presidente de la Junta en alguna entrevista de fin de curso político? ¿Acaso el vicepresidente Juan Marín en alguna de esas entrevistas en los medios públicos que le sirve en bandeja el conocido como El Paquistaní? La carta del comisionado es una muestra de debilidad absoluta. Llega tarde y es floja. Me imagino al concejalillo muerto de risa al leerla. Y no quiero ni pensar qué hizo con el papel después. Sigan relajados con las encuestas, déjense comer el terreno por los sectarios que han hecho de enseñar la parte alta de los calzoncillos una seña de identidad. Pobre Cádiz, pobres gaditanos y pobre Pemán. Lo mejor que puede ocurrir es que el Kichi suponga al final un cuarto de hora en la historia milenaria de la urbe. Una mala digestión tras un baño inoportuno en la Caleta, una pesadilla tras una ingesta excesiva de ensaladilla en La Marea.

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