Reloj de sol

Joaquín Pérez Azaústre

¡Pau!

07 de febrero 2008 - 01:00

COMO decíamos ayer, Pau Gasol ha vuelto a renacer en la cuna de ensueño de los Lakers. Sabíamos que Gasol acababa de salir de una lesión dura de espalda -como son, en realidad, todas las lesiones de espalda-, pero resulta que el tío, nada más superar ese dolor, ya ha tenido tiempo de debutar con su nuevo equipo, frente a los Nets de New Jersey, y ha marcado nada más y nada menos que 24 puntos, dando 4 asistencias y cogiendo 12 rebotes. Cuando se publique esta columna, Pau habrá vuelto a jugar, esta vez contra Atlanta, y por muy mal que le vaya ya habrá tenido, para siempre, un debut espectacular con el equipo de la ciudad que es puro espectáculo, que es Hollywood y Sunset Boulevard, que es Billy Wilder del mismo modo heroico en que puede ser también Pere Gimferrer, cuando escribió, precisamente, La muerte en Beverly Hills. Ahora, Pau Gasol forma parte ya de este olimpo de sueños contrapuestos hacia el que acudió este verano Alfredo Asensi, en su rastreo continuo de mitos irredentos y finitos, casi inapreciables si no se siente el peso de una épica. Hollywood, en esencia, es el peso sensato de una épica, a pesar de que en Hollywood no hay nada sensato, y su principal encanto ha radicado, a lo largo de años de industria y camafeo sobre ese cartón piedra que ahora forma parte de la vida, en una falsedad vuelta de espíritu, esa profundidad de la corteza.

Gasol no se ha quedado en la corteza y anotó 24 puntos en su estreno con Los Ángeles Lakers. Si un poeta puede morir tranquilo después de haber escrito al menos un poema verdadero, con potencia, que pueda resumir toda una vida, cualquier jugador de baloncesto podría morir tranquilo con cualquiera de las cosas que ha hecho Pau. Sin embargo, este debut de ayer de Pau Gasol es algo que se sale de sí mismo, que puede hasta irradiarnos una luz que habíamos olvidado hace ya tiempo. Me pregunto qué habrá sentido Paco Merino, memoria viva del baloncesto cordobés, al conocer las cifras de este nuevo estreno de Gasol, qué habrán sentido muchos. Gasol, de esta manera, nos permite hasta ponernos cursis y decir que ha cumplido el sueño de los otros cuando los otros, nosotros, habíamos olvidado ya ese sueño. Hay que seguir buscando ese poema onírico o sencillo, gutural o de sangre, transparente o nervudo, del mismo modo que Gasol ha seguido buscando su momento. Antes también marcaba los mismos puntos, pero como el equipo era peor, por muy buena que fuera su actuación, al final, siempre perdía. Pero ahora Pau Gasol está en los Lakers, y nosotros estamos con Gasol, que una vez jugara en una cancha exactamente igual a las de aquí y ahora está en los Lakers de Los Ángeles.

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